Errores comunes en micropigmentación

Errores En Micropigmentacion

Nuestra profesión crece cada día, tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo. Sin embargo, hay descuidos o disparates que siguen cometiéndose, ya sea por falta de práctica o por incapacidad para decirle que no a un cliente. Si no quieres que la palabra chapuza se asocie a tu trabajo o a tu nombre, lee atentamente.

Por Miriam López Guerra

En los últimos cinco años, la micropigmentación ha evolucionado a una velocidad de vértigo. Y no solo porque hayan avanzado las técnicas, sino porque, con el paso del tiempo, hemos podido observar que el envejecimiento de muchos trabajos no jugaba a nuestro favor y hemos podido analizarlo y aprender de ello. Atrás han quedado algunas prácticas invasivas y poco favorecedoras. No obstante, mientras decimos esto, aún existen profesionales que siguen utilizándolas, sin reflexión y sin aprendizaje. En un contexto en el que la profesión crece en número cada día, se multiplican también los errores que, en origen, no han sido subsanados.

Si tienes clientas insatisfechas que pican a tu puerta al año de realizarse el tratamiento, este artículo es para ti. Si no te ha ocurrido, pero desde luego, no quieres que te pase, también lo es. Vamos a analizar algunos de los errores más comunes que se realizan en nuestro sector para poder evitar esta escena.

Errores con las cejas

Crear cuatrocejudas.

¿Os imagináis a alguien con cuatro cejas? Suena a historia de ficción, ¿verdad? ¡Pues ocurre! Es muy común que la clienta desee realizarse una micropigmentación porque encuentra su mirada triste y quiere realzarla, entre otras cosas, elevando sus cejas. Nuestro deber como profesionales es informarle de que existen ciertos límites para la elevación de la cola, ya que no es una práctica demasiado inteligente (aunque sí muy común) depilar toda la cola e inventar una nueva. Con el paso del tiempo, el pigmento irá degradándose, y la clienta apreciará una importante diferencia entre su ceja natural y la micropigmentada.

Dejará entonces crecer –si puede, porque no siempre vuelve a crecer el pelo– su ceja y… ¡Tachán! Ya tienes a una clienta con cuatro cejas llamando a tu puerta para encontrar una solución.

No es una práctica demasiado inteligente, aunque sí muy común, depilar toda la cola de la ceja e inventar una nueva, más elevada. Al degradarse el pigmento, se apreciará una importante diferencia entre la ceja natural y la micropigmentada

¿Quiere decir esto que la clienta debe seguir con las cejas caídas el resto de su vida? Claro que no, pero probablemente existan mejores opciones a la hora de conseguir una gran elevación que esta técnica. Por otra parte, si lo que desea es un pequeño efecto lifting y nosotras podemos conseguirlo sin arruinar por completo su cola natural, ¡enhorabuena! Tendremos una clienta fiel año tras año.

Ir contra natura

Si la clienta es muy morena, tiñe su pelo de negro azabache y quiere que sus cejas vayan en consonancia, ¿debemos aplicar negro? Rotundamente no, ya que el negro, con el paso del tiempo, nos dejará un tono azulado no demasiado favorecedor.

A la inversa también puede ocurrir: si una clienta con ceja oscura y con el pelo decolorado a rubio desea aclarar sus cejas con micropigmentación, nosotras no podremos ayudarla: siempre elegiremos el color más próximo a su ceja natural.

Calcar al tuntún

Otro de los errores en los que podemos incurrir, sobre todo si estamos empezando y necesitamos clientas, es aceptar trabajos en los que ya sabemos que el resultado no va a ser óptimo. Cuando la clienta ya se ha hecho un trabajo de micropigmentación y el pigmento no se ha degradado por completo, trabajar encima como si de un folio se tratase no es la mejor opción. Es posible que la saturación de la piel no permita que tu trabajo fije de la forma deseada, que se expanda o que a los dos meses desaparezca.

Es necesario ser un profesional experimentado, con conocimientos de colorimetría y en distintas técnicas para determinar cuál de ellas y qué color pueden mejorar la apariencia de esa ceja o si, por el contrario, es preferible recurrir a la eliminación del pigmento antiguo antes de trabajar.

“Profundizar” demasiado

¿Notas que tu clienta sangra al trabajar? ¡Ahí no es! En algunas personas puede darse un mínimo punto de sangre o linfa, pero si mientras trabajas la sangre fluye como los chorros de la Fontana de Trevi debes aligerar la presión de tu mano si no quieres que lo que quede en las cejas de tu clienta, en lugar de trazos de pigmento, sean cicatrices.

O juntarlas de más

¿Tratar de disimular unas cejas muy separadas? Sí, pero no mucho. La zona de la cabeza de la ceja es una bandera roja para nuestro trabajo. En general, en cualquier zona que trabajemos, tenemos que tener en cuenta que ese pigmento se va a degradar y, si la densidad del conjunto de la ceja de la clienta es muy alta, tratar de simular un menor espacio entre las cejas puede ser un arma de doble filo para el día de mañana.

Las probabilidades de que ocurra una migración de pigmento en una micropigmentación de ojos aumentan si entras en las “zonas prohibidas”: las que se encuentran al principio (el lagrimal) o al final del ojo

Bótox, rellenos y demás maravillas

No tengo nada malo que decir de la medicina estética, ¡al contrario! Pero sí debemos tener en cuenta si una clienta se ha sometido a un tratamiento previo a la hora de trabajar. Sabemos que una de las funciones de la micropigmentación de cejas es corregir (siempre con cautela) las indeseadas asimetrías. Una asimetría natural puede ser corregida por determinadas sustancias inyectables, pero al revés también puede ocurrir; es decir, que sea el uso de ese producto lo que cause la desproporción.

Lo que quiero decir con esto es que si realizamos una micropigmentación correctiva y las cejas no están en su estado natural o lo más próximo a este, podemos ser nosotras quienes acentuemos o provoquemos un desequilibrio. Es preferible, por tanto, esperar a que el bótox, el ácido hialurónico u otro material inyectable se asiente para tomar decisiones o, si es posible, realizar nuestro trabajo antes de que se lleve a cabo el tratamiento médico-estético.

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Fail en la mirada

Líneas demasiado largas y el efecto acordeón.

Algunos factores, como la amplitud de la cuenca o la laxitud de la piel, son determinantes a la hora de elegir el diseño de eyeliner adecuado para cada persona. Sería absurdo realizar una obra de arte y enterrarla de por vida, ¿verdad? Pues algo así es lo que ocurre con los párpados encapotados. Podríamos estar realizando con esta clienta el mejor trabajo de nuestra carrera mientras ella esté tumbada, pero ¿qué pasa cuando se siente? Nuestro trabajo habrá desaparecido como por arte de magia y será de lo más decepcionante para ambas.

Por otra parte, nos encontramos con lo que me gusta denominar el “efecto acordeón”. Si una piel es demasiado laxa –muy común con el paso de los años–, o la amplitud de la cuenca es pequeña, y nosotras realizamos un eyeliner XXL superando sus pliegues naturales, en el momento en que la clienta se encuentre con los ojos abiertos en posición vertical, lo que era una preciosa línea limpia y recta se convertirá en una línea arrugada y discontinua, como si trazásemos una línea en un acordeón abierto y después lo cerrásemos.

Toda persona tiene un eyeliner adecuado para ella, lo importante es llegar a un acuerdo entre sus expectativas y lo que nosotras, como profesionales, podemos ofrecerle.

Tocar las zonas prohibidas

El mayor desastre que puede darse en una micropigmentación de ojos es la migración de pigmento. Esto ocurre cuando el pigmento se deposita en algún capilar y este arrastra y desparrama el color por toda la zona próxima. Suele producirse por trabajar en un plano demasiado profundo y no tiene por qué suceder con una buena praxis. Eso sí, las papeletas de que te ocurra aumentan si entras en las que llamamos “zonas prohibidas”, las que se encuentran situadas al inicio (lagrimal) y al final del ojo.

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Errores Micro 2

El clásico de los labios

Fingir un relleno

“Quiero realizarme la micropigmentación porque tengo los labios muy finos”. No son pocas las veces que he escuchado esta frase, pues existe la creencia de que con esta técnica podemos aumentar el volumen de los labios. Es cierto que realizar el maquillaje permanente por fuera del labio natural estuvo de moda durante muchos años, pero a día de hoy sabemos que no es la mejor opción.

El envejecimiento del pigmento en la piel y en la mucosa no se va a producir de la misma forma ni al mismo ritmo, por lo que con el paso del tiempo se verá artificial. Si el fin de la clienta es ganar volumen en los labios, existen opciones mucho más adecuadas y que van a obtener mejores resultados, como el relleno con ácido hialurónico.

Entonces, ¿para qué sirve la micropigmentación labial? Es idónea para revitalizar el color de una mucosa demasiado clara, para dar un aspecto más saludable a nuestros labios y un efecto buena cara. Frecuentemente, los labios presentan tonos azulados o apagados que dan un aspecto enfermizo, y que nosotras podemos corregir. Del mismo modo, existe una zona limítrofe entre mucosa y piel de aspecto blanquecino que sí podemos colorear y que nos aportará un ligero efecto volumen y definición.

En resumen, cuanto mayor sea vuestra formación y vuestra experiencia, más cerca estaréis de poder asumir ciertos riesgos y acercaros a las expectativas de las clientas, ¡pero siempre con cabeza! El éxito en nuestra profesión no se alcanza consiguiendo grandes logros instantáneos y efímeros, sino pequeñas victorias mantenidas en el tiempo.

Cuando le dices a una clienta que no puedes realizar ese trabajo porque no obtendrá un buen resultado, no le estás trasmitiendo ineptitud, sino seguridad, confianza y franqueza. Puede que ese no sea el día en el que se realice un tratamiento, pero ten por seguro que, si algún día lo necesita, serás la elegida para ello.

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