Cejas perfectas: todo lo que debes saber

Cejas Perfectas

De manera involuntaria, la mirada se ha convertido en el centro de la belleza de un rostro que ahora queda oculto en buena parte por la mascarilla. Las cejas tienen hoy más protagonismo que nunca. Visagismo, depilación, planchado… Estos son todos los consejos para conseguir unas cejas perfectas.

Por Abigail Campos Díez

La cliente que descubre un buen diseño de cejas ya no puede pasar sin él. Aunque nunca antes se lo hubiera hecho. La importancia de las cejas en el rostro es fundamental. Un estudio científico de la Universidad de Lethbridge, en Canadá, determinó que son el rasgo que más define a una persona, por delante del color de los ojos, los labios, la forma del mentón o la nariz. Casi la mitad de los participantes del estudio fueron incapaces de reconocer la identidad de imágenes de personajes famosos a los que se les habían borrado las cejas.

Enmarcan y resaltan la mirada, marcan el equilibrio y la armonía en todo el rostro y, según sean su forma, grosor y terminaciones, cambian por completo el resto de facciones. Más allá de lo físico, “las cejas expresan el estado de ánimo y juegan un papel importantísimo en la comunicación no verbal del rostro”, apunta Alejandra López, esteticista de Slow Life House.

Cuando un cliente llega a un centro de estética para arreglarse las cejas, hay que escuchar sus deseos y necesidades, pero también explicarle que lo primordial es hacer un buen estudio del rostro y de sus medidas, porque de ahí se podrá establecer y marcar el diseño adecuado.

Cómo conseguir un buen diseño de cejas

Un buen diseño de cejas parte del visagismo, el estudio de las proporciones faciales y facciones para sacar al rostro el mejor partido, “teniendo en cuenta la forma y medidas de la nariz, la forma y apertura de los ojos, si son grandes o pequeños, si son redondos, almendrados o sesgados, hundidos o saltones; también la forma y volumen de la frente, la posición de los pómulos y mejillas, el dibujo de la boca, así como la forma del óvalo facial, atendiendo a si es redondo, triangular, cuadrado. Es importante también tener en cuenta las distancias entre ojos, nariz, labios y frente”, apunta Ana Lostao, directora de Estética Lostao. “Es un trabajo precioso y armonioso, hay que tener una buena formación, práctica y sobre todo sentido del gusto y del visagismo”, agrega Alexandra Arraez, directora y cofundadora de los salones de estética integral que llevan su nombre.

El proceso supone una serie de mediciones, que son las que van a marcar el buen diseño de cejas. “Estas medidas tienen en cuenta varios puntos, uno es la línea de la aleta de la nariz, que tiene que coincidir con la cabeza o arranque de la ceja, siempre trazando una línea recta. En nuestro centro lo medimos con regla y cartabón, porque es la forma más precisa de encontrar los puntos de equilibrio”, detalla Ana Lostao. Otra medición importante es la diagonal que sale desde la misma aleta de la nariz en línea recta hasta el rabillo del ojo, para calcular el punto final de la cola de la ceja.

Por último, el estudio también marca el centro de la ceja y su punto más alto. Se consigue trazando una recta (mirando de frente) que va desde el centro del iris hasta el punto medio de la ceja. “En ese lugar concreto es donde podemos diseñar la curva alta y luego ya volver a bajar hasta su definición en la cola”, agrega la experta.

“La línea de la aleta de la nariz tiene que coincidir con la cabeza o arranque de la ceja, siempre trazando una línea recta. En nuestro centro lo medimos con regla y cartabón, porque es la forma más precisa de encontrar los puntos de equilibrio”, detalla Ana Lostao

Además de la forma y tamaño de los ojos, también se tienen en cuenta otros aspectos del rostro tales como su estructura ósea, especialmente pómulos y mandíbulas, con la intención de buscar las asimetrías e intentar lograr un efecto óptico de corrección a través de las cejas. Un buen diseño puede ser capaz de corregir una nariz larga, redonda o prominente, por ejemplo. También equilibrar la armonía según el óvalo facial, si es triangular, cuadrado, alargado, redondo… Por poner un ejemplo sencillo, unas cejas arqueadas en redondo en un rostro también redondo no harán más que acentuar esa forma. En este caso, sería más indicado un diseño en triangular.

Fuente: Mírame Lashes & Brows.

Paso a paso para unas cejas perfectas

Una vez hecho el minucioso estudio de visagismo, el protocolo comienza con la limpieza y desmaquillado de la zona.

Luego se peinan las cejas hacia arriba, se recorta el sobrante y se repite el proceso, esta vez peinando hacia abajo.

Se comienza a dar forma con el método de depilación escogido, teniendo en cuenta la simetría y la altura.

¿Hilo, cera, pinzas? ¿Qué es lo más adecuado para depilar? “No hay una técnica mejor o peor –opina la experta de Slow Life House–. La mejor es la que se adapta a cada caso y a cada persona. No todo el mundo necesita lo mismo y por eso es necesario pasar una consulta previa donde recomendamos la mejor para cada caso y zona”.

Aun así, la mayoría de los expertos se decantan por la depilación con pinzas, por ser la técnica más artesana, laboriosa y precisa. Se puede combinar con depilación con hilo (llegada de países árabes). Y en general se descarta en lo posible la cera. “La zona del párpado es muy sensible y una depilación con cera mal realizada durante mucho tiempo puede llevar a un descolgamiento futuro en la zona”, alerta Alejandra López.

Finalmente se acaba por hidratar la zona con productos como aloe vera, con alto poder calmante y regenerante.

Cejas Perfectas

Pelillos rebeldes

Más allá de la depilación, podemos encontrarnos con un cliente que tenga mucha cantidad de pelo, rebelde, despeinado o con remolinos. Para estos casos se puede recurrir a la técnica del planchado de cejas, un tratamiento que ayuda a dar formar, definir y peinar. Esto se consigue mediante la aplicación de una serie de productos (generalmente geles que alisan, fijan y reestructuran). Los efectos duran entre tres y cuatro semanas.

La técnica más novedosa es la del laminado de cejas, que básicamente consiste en un planchado pero con peinado hacia arriba, según dictan las tendencias del momento.

Una vez hecho el estudio de visagismo, el protocolo comienza con la limpieza y desmaquillado de la zona. Se peinan las cejas hacia arriba, se recorta el sobrante y se repite el proceso, esta vez peinando hacia abajo. Después se comienza a dar forma con el método de depilación escogido

Un buen color

Por supuesto, en el diseño de cejas no podríamos olvidarnos de su color. Para elegir el más adecuado hay que tener en cuenta el cabello de la cliente y su tono de piel. Se desaconsejan, por ejemplo, unas cejas en negro carbón, incluso en clientes que tienen ese tono de cabello, porque el resultado sería demasiado artificial. En el caso de personas rubias y piel clara, es mejor apostar por tonos beige, marrón, tabaco… Mientras que en clientes morenos se trabajan tonalidades más oscuras, que van desde los marrones a los negros discretos.

Para trabajar el color existen varios procedimientos, desde el mero maquillaje al tinte clásico, pasando por micropigmentación y microblading. “El tinte suele usarse cuando el cliente tiene las cejas muy rubias carentes de fuerza o cuando ha cambiado el color del cabello y quiere tener sus cejas acordes. El maquillaje es para rellenar huecos, pero se debe tener en cuenta que solo dura hasta que te desmaquillas, mientras que la micropigmentación es lo mismo, pero permanente”, detalla Alexandra Arraez.

La elección de una u otra técnica depende más de la necesidad que del gusto del cliente, y ahí cobra importancia el papel del profesional de estética para dar la mejor recomendación. “Si una ceja pierde pelo y no se ve tan densa o espesa, es suficiente con maquillarla, pintando los pelitos o rellenando esa zona de “calvicie” –señala Ana Lostao–. Pero si es alguien que se maquilla a diario y le lleva demasiado tiempo, entonces le recomendamos el tinte, sobre todo cuando se trata de pérdida de folículo piloso, porque se hace más visible. Eso suele ocurrir a medida que van pasando los años, porque se pierde espesor. También sucede por una depilación excesiva de las cejas durante mucho tiempo. E igualmente nos encontramos con una pérdida de pelo en las cejas que es habitual en la raza hispana con el paso de los años. En estos casos, recomendamos la micropigmentación, porque es más natural y más eficaz”.

La micropigmentación es un sombreado que se practica con máquina, pero también existe la opción del microblading, en la que se trabaja con un bisturí a mano alzada. Las dos técnicas tienen de parecido que se dibuja pelo a pelo con pigmentos que se depositan en la ceja, pero en el caso de la micropigmentación, el color se incrusta con más profundidad, mientras que con el microblading se deposita en el mismo poro de manera más superficial. “En la micropigmentación trabajamos con un dispositivo que es como un torno con una aguja que deposita el pigmento de color en la parte más profunda de la piel, mientras que en el caso del microblading, el pigmento se introduce con una técnica de raspado de la piel, depositando igualmente el pigmento en la dermis, pero se sitúa más en superficie”, dice Lostao.

En ocasiones también se pueden combinar ambos protocolos en la llamada técnica híbrida, que ofrece igualmente muy buenos resultados.

Tanto el microblading como la micropigmentación pueden practicarse en un centro de estética, “siempre y cuando haya un técnico higiénico sanitario y se cumplan con las más estrictas condiciones de higiene y salud”, advierte Arraez.

Aunque depende del tipo de tejido cutáneo de cada persona y de su capacidad de reabsorción y de cicatrización, la duración de la micropigmentación puede prolongarse entre uno y tres años, mientras que la del microblading es inferior, y precisará retoques de seis a doce meses después.

Qué cejas se llevan esta temporada

En cuestión de tendencias, esta temporada se llevan anchas, pobladas y bien definidas. “Lo que serían unas cejas con personalidad”, apunta Arraez.

Lostao explica que las cejas siguen ahora la tendencia rusa y asiática. “Las mujeres japonesas y chinas, por ejemplo, siempre han maquillado sus cejas en grosor, en definición y en fuerza de pigmento. De hecho, la micropigmentación nos llegó de los antiguos tatuadores chinos. En Rusia, la mujer también ha tenido siempre tendencia a diseñar y realzar sus cejas, quizás porque abundan más las tipologías rubias y sus cejas casi desaparecen, de manera que siempre las han maquillado y ahora, por supuesto, siguen alguna técnica de micropigmentación”.

Para Alejandra López, el boom de cejas que hemos vivido en los últimos años “es algo que ha venido para quedarse. Las cejas son el marco de la mirada y el ojo, y dependiendo de la forma, tamaño, podemos dar un efecto más abierto a la mirada. Una ceja bien diseñada puede cambiar por completo, y a mejor, la expresión de los ojos”, concluye.

Fuentes: Visajismo: teoría de la potenciación-compensación (editado por VMV Cosmetic Group) y Libro de maquillaje (editado por Editorial Prensa Hispanoamericana).

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