Tras el relleno o diseño de las cejas, el “maquillaje” permanente es otra de las demandas habituales en micropigmentación. Sin embargo, verlo así, como una alternativa al maquillaje, es un error. Es un tratamiento, y la elección del diseño no solo depende de nuestro gusto (de hecho, es posible que nuestro gusto vaya en contra de todas las leyes del visagismo). La especialista Mónica Aránguez nos da todas las claves sobre el diseño del eyeliner permanente.
Teniendo en cuenta las dificultades que suele tener la gente para hacerse el eyeliner, es decir, para dibujar un trazo recto y simétrico en ambos ojos, podríamos haber empezado este artículo diciendo que la micropigmentación podía ser la salida definitiva a este quebradero de cabeza diario para tantas personas. Pero no creemos que a Mónica Aránguez (@monicaaranguezmicro en Instagram), especialista en micropigmentación, le hubiera gustado la broma.
“La gente se suele hacer este tratamiento para no tenerse que maquillar, y es un error. La micropigmentación y el maquillaje no son lo mismo, y más en esta zona”, nos explica. Primero, porque con la micropigmentación no se puede llegar tan “lejos” como con el maquillaje, es decir, a los lagrimales o a la línea de agua, y tampoco podemos “saltarnos” o disimular los pliegues naturales de nuestra piel.
El segundo motivo es que, a menudo, lo que nos gusta en términos de maquillaje no coincide con lo que mejor le sienta a nuestro rostro si tenemos en cuenta el visagismo. La especialista confiesa que este es el tratamiento que más discrepancias genera entre su opinión profesional y la de sus clientes.
“Hay veces que la gente se maquilla con diseños que no le favorecen, y explicarles que eso no les sienta bien, a pesar de que lleven años maquillándose igual… Es difícil. Sin embargo, hay veces que es mejor decir que no que hacer algo que, con el tiempo, no va a quedar bien”. Y es algo que no se cansa de repetir en sus redes sociales.
“No a todo el mundo le queda bien un rabito. Si no hay mucho espacio en la cuenca, entre el final de las pestañas y el pliegue del párpado, es mejor no hacer esa línea hacia fuera”
La forma, lo más importante
Aunque, por supuesto, las especialistas tienen en cuenta, en la medida de lo posible, los gustos de sus clientes, lo más importante a la hora de realizar el diseño de eyeliner es el tipo de párpado que tienen. Un error habitual: pensar que a todas nos queda bien el “rabito”. “Por desgracia, no”, confirma Aránguez.
Mientras los artículos en internet y los vídeos en Tik Tok se empeñan en enseñarnos a hacer correctamente este trazo, más arriba o más abajo, más largo o más corto, en función de si queremos una mirada más “amplia” o más gatuna, en micropigmentación estos planteamientos no valen.
Eyeliner con rabillo o no
“Normalmente las personas que tienen el ojo más encapotado o caído son las que más ganas tienen de hacérselo para tener ‘un ojo más amplio’, y en realidad no es así. Todo depende del espacio que tengamos entre el final de las pestañas y el pliegue del párpado”, explica la especialista, y continúa: “Si tenemos bastante espacio en la cuenca (sobre todo en los extremos) podemos sacar esa línea tan deseada [ya sea con un trazo marcado o con un efecto sombreado o difuminado]; pero si ese espacio es muy pequeño o inexistente, lo más recomendable para no bajar aún más el ojo es no hacer una línea hacia afuera”.
A falta de rabillo, una alternativa para las personas con un ojo más pequeño o más cerrado puede ser pigmentar una línea entre las pestañas, con la que se consigue un “efecto rimmel” y un efecto “buena cara”. Esto si se desea algo sutil y discreto. Si la clienta quiere que se note un poco más, se puede diseñar una línea fina sobre las pestañas.
Estas dos opciones también serán la más adecuadas si la persona tiene un exceso de piel en los párpados. “En este caso no haría nada que salga de su cuenca. Me limitaría a la forma natural de su ojo, un efecto pestañas, que aporta intensidad sin que sobresalga nada. O una rayita muy fina por arriba, por encima justo de las pestañas”, responde la técnica.
¿Y si nos encontramos con una clienta que tiene los ojos saltones, un poco ahuevados?, le preguntamos. “También dependerá del pliegue final del ojo. Si no lo tiene, se podría hacer un eyeliner tirando a un trazo más recto, para quitar la sensación de redondez y que genere un efecto más almendrado”.
Por último, para definir el grosor del trazo, lo que tiene en cuenta esta profesional es, de nuevo, la preferencia de su cliente y el espacio que tiene en el párpado. A más espacio, más grueso puede ser el trazo, pero sin pasarse: “si lo tiene muy amplio tampoco se puede dar mucha anchura, porque hay que contar con la línea que se dibuja y con que luego quede un espacio libre en la cuenca sin pigmentar, para que dé sensación de más amplitud”, defiende Aránguez.
Si el espacio es más limitado, se tendrá que realizar un trazo más fino, para no cubrir todo de negro hasta el pliegue. “Siempre tiene que haber una zona sin pigmentar”, recuerda.
Mucho “ojo” a las venitas
En cuanto al tipo de piel de la clienta, es un factor a tener en cuenta, pero no tan determinante como en el caso de la micropigmentación o el microblading de cejas. Como la propia Aránguez nos contó en este artículo, cuando nos enfrentamos a un diseño de cejas en una piel grasa, es mejor elegir un diseño difuminado, puesto que, al tener el poro dilatado, la piel tiende a expulsar el color rápidamente y a expandir los trazos.
“Si, directamente, realizamos un difuminado, a largo plazo se va a degradar mejor que si trazamos pelos definidos, que se expandirán más rápidamente”, explicaba en aquella ocasión. En el caso de las cejas, elegir –mal– el tipo de trazo sin contar con el tipo de piel de la clienta podría desembocar en una apariencia emborronada con el paso del tiempo.
En el caso de los ojos, no hay tanto en juego. Si la piel es grasa, “es más probable que el color dure menos que con una piel seca, pero se trabaja por igual”, nos indica la experta. Si la piel, por el contrario, es fina y seca, lo que tenemos que tener en cuenta como profesionales es que hay que hacer menos presión, “porque tenemos riesgo de pinchar alguna venita”. Por tanto, más que el tipo de piel que tiene, a lo que más atención debemos prestar es a si la clienta presenta una zona muy vascularizada: “Cuando hay muchas venitas, sobre todo en la parte del medio de los ojos, es mejor no hacer el eyeliner, para que el color no migre”.
➟ Cómo hacer el eyeliner según tu tipo de ojo
Por último, en el caso de las pieles más maduras o arrugadas, de nuevo el inconveniente no será el tipo de piel, sino la cantidad de esta, o la forma que presenten los ojos a causa de la edad. “Normalmente esas pieles van acompañadas de un ojo encapotado o con muy poco espacio, así que lo más recomendable es un efecto pestañas para que con el tiempo no le quede un ojo “descendente”, o un eyeliner con rayitas a causa de las arrugas”, indica la experta.
En estos casos, a pesar de que la persona tenga espacio en la cuenca del ojo o que el párpado haya resistido bien los efectos de la edad, la experta, por prudencia, suele escoger este efecto mas discreto. “La piel siempre tiende a bajar más, y como es un tratamiento que dura mucho más de 3 años, hay que pensar a largo plazo y prever que ese ojo se siga viendo igual que hace unos años”.
Dime qué subtono tienes…
¿En qué se diferencia la micropigmentación de cejas de la que puede hacerse en los ojos o en los labios? En cuanto a técnica y concepto, en nada. “La micropigmentación para el eyeliner se trabaja igual que en otra parte, pero mucho más delicadamente, para que no haya riesgo de migración de color y que la inflamación del ojo se note lo menos posible”, nos cuenta Mónica Aránguez, especialista en esta técnica y que realiza sus servicios en Madrid.
Las agujas que se emplean son también las mismas; hay quienes utilizan, de hecho, la misma para todos los tipos de servicio, aunque Aránguez, en este caso, prefiere trabajar con dos agujas de diferente diámetro para llegar a espacios más pequeños.
Y, ¿qué hay del color? Como puedes imaginar, el más utilizado es el color negro, puesto que garantiza esa intensidad que solemos buscar en la mirada y que no puede conseguirse con tonos más amarronados. No obstante, como también imaginarás, nunca se usa el negro puro, puesto que hay más riesgo de que más adelante se convierta en azul.
“Además, hay tener en cuanta el subtono del cliente. Depende de si la piel es cálida, morena, muy clara o neutra se pondrán diferentes tonos de marrón para conseguir el negro más similar al puro para cada tipo de piel”, indica la experta. El subtono, a menudo, tiene mucha relación con el color de ojos, por lo que también es un factor que se valora a la hora de escoger el tono. “Si es un color de ojo muy claro, suele ser muy frío, por lo que le añado un color marrón para contrarrestar”, concluye.
➟ Errores comunes en micropigmentación
Ventajas y desventajas del eyeliner permanente
Pros:
✔ Ahorro de tiempo en la aplicación diaria de maquillaje.
✔ Durabilidad del maquillaje permanente sin necesidad de retoques frecuentes.
✔ Beneficios para personas con limitaciones físicas o médicas.
✔ Solución para personas con alergias al maquillaje convencional.
✔ Puede ayudar a camuflar cicatrices o restaurar la pigmentación de la piel en ciertas condiciones médicas.
✔ Ofrece una apariencia constante incluso en situaciones de agua o sudor.
✔ Puede ser útil para personas con problemas de visión.
Contras:
✘ El maquillaje permanente no es fácil de eliminar y puede ser un proceso costoso y doloroso.
✘ Los procedimientos de eliminación de pigmento pueden no ser completamente efectivos.
✘ Riesgo de infección si los instrumentos no se esterilizan adecuadamente.
✘ Posibles reacciones alérgicas a los pigmentos utilizados.
✘ Riesgo de complicaciones como inflamación, pérdida de pestañas y lesiones en los párpados.
✘ Interferencia potencial con imágenes de resonancia magnética (MRI) en casos raros.
✘ El costo varía según el profesional y la complejidad del trabajo, y generalmente no está cubierto por el seguro.
✘ El aspecto deseado puede cambiar con el tiempo y las tendencias de belleza.
➟ Puedes ampliar la información en este artículo sobre ventajas y contras del maquillaje permanente
Preguntas frecuentes sobre el eyeliner permanente
¿En qué consiste el eyeliner permanente?
El eyeliner permanente consiste en la aplicación de pigmentos de tinta en la línea de las pestañas superiores o inferiores para crear un delineado similar al eyeliner tradicional. Se realiza mediante una técnica de tatuaje semipermanente.
¿Cuánto tiempo dura el eyeliner permanente?
La duración del eyeliner permanente varía de persona a persona, pero generalmente dura de 1 a 3 años. La intensidad del color disminuirá con el tiempo y puede requerir retoques periódicos.
¿Es el eyeliner permanente igual que un tatuaje regular?
El eyeliner permanente es similar a un tatuaje regular en términos de la aplicación de pigmentos en la piel, pero se realiza en una capa más superficial de la epidermis y utiliza pigmentos específicos para la piel del párpado. No penetra tan profundamente como un tatuaje corporal.
¿Es posible eliminar o desvanecer el eyeliner permanente si cambias de opinión?
Sí, es posible eliminar o desvanecer el eyeliner permanente, pero es un proceso más complicado que la eliminación de tatuajes tradicionales. Pueden utilizarse técnicas láser o procedimientos de eliminación de tatuajes para este fin, pero no siempre se logra una eliminación completa.
¿Cuáles son los colores disponibles para el eyeliner permanente?
Los colores disponibles para el eyeliner permanente suelen incluir tonos de negro, marrón, azul, verde y otros colores que imitan los delineados tradicionales. El color se elige según las preferencias del cliente y la estilista de belleza.
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