Presoterapia: un tratamiento de éxito

Presoterapia

Nunca una presión nos ha sentado tan bien. La presoterapia, además de eliminar toxinas, líquidos y grasa, proporciona una sensación de alivio y bienestar que se aprecia desde la primera sesión. Un “dos en uno” que justifica el interés que esta técnica sigue despertando a pesar de los años.

Clínicas de medicina estética, centros de belleza y hasta de entrenamiento y fitness han adoptado la presoterapia como una técnica imprescindible en multitud de usos, tanto médicos como estéticos. Piernas cansadas, retención de líquidos, edemas, celulitis y problemas relacionados con la obesidad encuentran su aliado en este tratamiento indoloro y nada invasivo que no es nuevo, pero que se mantiene puntero a lo largo de los años con pequeñas innovaciones, y que no para de dar satisfacciones en nuevas aplicaciones de éxito.

La presoterapia es una técnica de drenaje linfático mecánico que ayuda a mejorar la circulación, tanto la sanguínea de retorno como la linfática. Esta estimulación provoca un drenaje de la linfa, un fluido transparente que se produce tras el exceso de líquido que proviene de los capilares y fluye hasta el espacio intercelular.

¿Cómo funciona? El procedimiento es bien sencillo. Mediante unas mangas de compresión, una faja abdominal y botas de elastocompresión se ejerce una presión de aire en las zonas a tratar para conseguir que los líquidos retenidos circulen correctamente y sean desechados por el sistema linfático. Nos lo explica el doctor Iván Mañero, que fue uno de los primeros en incorporar esta técnica en su clínica de cirugía y medicina estética: “En IM Clinic llevamos más de 20 años aplicando protocolos pre y posoperatorios terapéuticos para conseguir una recuperación más rápida, y en los cuales la presoterapia siempre ha tenido un papel destacado. Además, con la personalización del tratamiento se consiguen mejores resultados y un mayor bienestar general de cada paciente”.

La presoterapia es una técnica de drenaje linfático mecánico que ayuda a mejorar la circulación, tanto la sanguínea de retorno como la linfática

El doctor Mañero explica que, en medicina estética, la presoterapia “se utiliza como tratamiento único o como coadyuvante en el tratamiento de arañas vasculares o varices, celulitis y otras alteraciones que mejoran con la reactivación del sistema linfático, el sistema circulatorio local y la eliminación de toxinas y líquidos”. Y añade la importancia que tiene en el cuidado y el aspecto de la piel: “el drenaje linfático permite mejorar la oxigenación del organismo, que repercute en una piel con mejor tono y firmeza, y facilita la regeneración y la nutrición de los tejidos. Esta técnica contribuye también a mejorar el aspecto de la celulitis, así como el aumento del tono de los tejidos y la estimulación del sistema inmunológico”.

Adiós a la grasa

La presoterapia nació con fines médicos en los años sesenta para tratar los problemas vasculares y, como tantos otros avances científicos, dio el salto a la estética años después, cuando algunas investigaciones demostraron su eficacia en el tratamiento de problemas como la celulitis y las acumulaciones de grasa. A partir de ahí no ha hecho más que crecer en interés, no solo de la medicina, sino de los centros de estética, donde no ha dejado de proliferar su implantación en los últimos años, y donde las clientas, cada vez más informadas sobre los distintos tratamientos, la solicitan directamente.

Además de reducir la celulitis, se emplea para eliminar grasas y toxinas en zonas localizadas como los glúteos, las piernas, el abdomen y los brazos. Es un buen recurso, por tanto, cuando se busca perder peso y volumen. En estos casos se suele emplear como complemento de un plan combinado y personalizado según las necesidades de cada persona.

Uno de los beneficios que se aprecia más rápidamente es precisamente la reducción de volumen, que se nota desde la primera sesión, y que se comprueba midiendo el contorno antes y después de someterse a la máquina. Esto es muy estimulante para la clienta, le hace sentir más ligera y la anima a continuar con el tratamiento. Las sesiones suelen durar entre 30 y 45 minutos, y el número dependerá de cada caso. Además de combinar la presoterapia con otros tratamientos en cabina, lo ideal es acompañarlo de un plan de alimentación saludable y algo de ejercicio. Solo así se obtienen los mejores y más rápidos resultados.

No hay que olvidar también su poder antiestrés, puesto que consigue relajar y tonificar los músculos aportando ligereza y alivio en todo el cuerpo. Esta sensación de descanso es otro de los motivos que hace de la presoterapia un tratamiento eficaz y con un grado alto de satisfacción en quien lo prueba. Entrar en el centro agotada y salir como nueva es la mejor atracción posible para fidelizar clientes.

Presoterapia

Más eficaz en menos tiempo

Para entender su funcionamiento hay que tener en cuenta que la máquina ejerce dos tipos de presiones, que se aplican por separado o combinadas: la continua y la secuencial, y cada una tiene sus propias indicaciones. “La presión secuencial hace que las cámaras se hinchen una por una y luego se vacíen nuevamente. La presión continua supone que se hinchen todas al mismo tiempo. Las envolturas se inflan y desinflan de forma continua ejerciendo presión cuando se desea mejorar la circulación sanguínea y linfática, y de forma secuencial cuando se quiere eliminar la celulitis”, nos explican en el centro de belleza madrileño Beldon Beauty.

La presoterapia es la alternativa al drenaje linfático manual, pero no vino a desplazarlo. Ambos conviven y se benefician mutuamente para conseguir mejores resultados. ¿En qué se diferencian? El objetivo es el mismo: mejorar la circulación tanto sanguínea como linfática. Y de ambas formas se logra con éxito, pero la sensación que se percibe es distinta: mientras que la presoterapia ejerce un drenaje mecánico, el manual lo hace mediante una presión suave sobre la zona.

Sin embargo, hay una ventaja de la máquina que resulta infalible para cualquier centro. Y es que la presoterapia consigue tratar todas las partes del cuerpo a la vez en lugar de hacerlo por zonas, como el drenaje manual, y esto reduce considerablemente el tiempo empleado. Además, mientras la máquina actúa, se pueden ir realizando otros tratamientos.

Optimización y rentabilidad.

Todo esto hace que haya llegado hasta hoy como una de las técnicas estéticas más satisfactorias y que, con diferentes innovaciones, se mantenga como un básico en cualquier centro.

Otro de los sectores donde esta técnica está despertando gran interés es en el mundo del deporte, donde ya es un imprescindible en la alta competición. Y de ahí va llegando a los centros de entrenamiento y gimnasios. Aunque todavía no se puede hablar de una práctica generalizada, el interés es creciente, ya que está demostrando muy buenos resultados en la prevención y recuperación de lesiones, así como en la mejora del rendimiento físico en general. El efecto relajante que produce es perfecto, además, para desconectar y recuperarse de la hiperactividad a la que se somete el cuerpo tras un duro entrenamiento.

La máquina ejerce dos tipos de presiones, que se aplican por separado o combinadas: la continua, que mejora la circulación, y la secuencial, que se usa cuando se quiere tratar la celulitis

A pesar de ser un método sencillo y seguro, sin aparentes complicaciones, no es apto para todo el mundo y eso hay que tenerlo muy presente antes de recomendarlo. “La presoterapia es una técnica que no resulta agresiva, sin embargo, hay algunas personas que no deben someterse a ella: aquellas con problemas cardiovasculares, enfermedades infecciosas, pacientes oncológicos, con hipotiroidismo, con insuficiencia venosa, trombosis venosa profunda y enfermedades inmunodeficientes”, explica Rocío Escalante, experta en el cuidado de la piel.