Seguro que, si te preguntamos “¿cuál ha sido tu experiencia más incómoda, más difícil o desafiante con un cliente?” rápidamente acuden una o dos a tu memoria.
En un salón de belleza, como en cualquier otro negocio al servicio del público, hay que estar preparados para saber gestionar eficazmente situaciones inesperadas, y con frecuencia, desagradables. Dos compañeras recuerdan uno de esos momentos que podrían haber terminado en desastre y que, gracias a su reacción, se quedó en una mera anécdota.
Noelia Jiménez.
Propietaria del salón de peluquería y belleza Noelia Jiménez (Madrid)
La verdad es que nuestra clientela es supereducada y tenemos la suerte de no vivir situaciones incómodas con prácticamente nadie. Sin embargo, recuerdo que, hace un año o un año y medio, yo estaba peinando a una clienta y comenzó a darme su opinión sobre política. Hablaba en un tono bastante elevado y había mucha gente en la peluquería, por lo que la clienta que estaba dos asientos más allá la escuchó y se molestó. Se dio por aludida y la reprendió, diciéndole que no tenia por qué hablar de política sabiendo que había personas que no opinaban igual y podían sentirse ofendidas. La primera le contestó que ella estaba en su peluquería de cabecera y que hablaba “de lo que le daba la gana” con su peluquera. Ahí se inició una batalla verbal muy incómoda para el resto de los clientes. No se faltaron al respeto y fueron educadas, pero estaban muy encendidas y alteradas, así que me vi en la obligación de intervenir.
Lo zanjé pidiéndoles que, por favor, no se volviera a hablar de política, porque resultaba desagradable para el resto de las personas. Yo lo pasé muy mal, pero las dos, por respeto, pararon la disputa retórica. Fue un momento incómodo que yo no me esperaba.
Desde entonces, a menos que el salón esté vacío, trato de evitar que surja el tema político. Sigue ocurriendo, sobre todo ahora que está todo muy polarizado, pero si surge el tema le digo a la clienta en voz bajita que, mejor, dejamos esa conversación para que nadie pueda sentirse ofendido.
María Casado
Directora de Wellness Boutique Experience (Madrid)
Una influencer llegó a un evento importante con la cara visiblemente afectada por un procedimiento estético reciente. Consciente de la urgencia, inmediatamente la aparté y le hicimos un masaje utilizando un láser conocido por sus propiedades regenerativas, que es portátil. No era una urgencia del spa directamente, pero una facialista como yo siempre está preparada y lleva consigo herramientas de trabajo para poder atender todo tipo de necesidades en todo momento.
Al percatarme de la situación, ofrecí a la influencer 15 minutos de masaje facial con este láser específico. Este dispositivo utiliza láser infrarrojo para estimular la producción de colágeno y mejorar la textura de la piel. Durante la sesión, se adaptó la intensidad del masaje para garantizar comodidad y resultados notables.
La influencer experimentó una mejora visible en la apariencia de su piel en tan solo unos minutos. La tecnología avanzada de ese láser ayudó a reducir la inflamación y a revitalizar su rostro. La chica, agradecida por la solución rápida y eficaz, pudo disfrutar del evento con confianza restaurada, y ahora es clienta asidua de Wellness Boutique.
Esta experiencia puso en evidencia cómo una tecnología innovadora, aplicada de manera estratégica, puede abordar emergencias estéticas, proporcionando soluciones efectivas en situaciones inesperadas. Vayas donde vayas, ¡lleva tu centro contigo!
