El Dr. Antonio Ortega, dermatólogo de Clínica Menorca, nos explicaba en este artículo que la queratosis pilaris no se trata de una condición dermatológica grave. Sin embargo, en esta ocasión en Expertos en Estética, el doctor nos explicará otro tipo de queratosis: la queratosis actínica, la cual sí que puede suponer un riesgo para el paciente.
¿Qué es la queratosis actínica?
La queratosis actínica es una patología cutánea, también conocida como queratosis solar, que es considerada en ocasiones como precáncer de piel.
Se caracteriza porque produce en la piel pequeños parches de piel abultada, seca y escamosa al tacto. En cuanto al color, puede presentar diferentes tonalidades, desde rojos, marrones o rosas, o incluso no presentar coloración diferente a la de la propia piel.
El Dr. Ortega nos explica la importancia de “acudir al profesional al presentar los síntomas para que se confirme el diagnóstico y se pueda orientar sobre los tratamientos”, ya que, de no tratarse, existe cierto riesgo riesgo de que las queratosis actínicas se conviertan en un tipo de cáncer de piel llamado carcinoma de células escamosas.
Causas de la queratosis actínica
La principal causa del desarrollo de queratosis actínica es la exposición prolongada, frecuente o intensa a la radiación UV del sol o de cámaras de bronceado. También, tal y como explica el doctor, se debe al “envejecimiento de los queratinocitos”.
Factores de riesgo para desarrollarla
Los factores de riesgo para desarrollar queratosis actínica, nos cuenta el experto, son:
‣ La edad: las personas de más de 40 años son más propensas a sufrir esta afección cutánea
‣ La exposición a la radiación solar a lo largo de los años
‣ El tipo de piel, siendo más frecuente en los fototipos claros de piel caucásica.
Diferencias entre queratosis actínica y queratosis pilaris
En ambos casos, las queratosis pilaris y actínica reciben el nombre de queratosis “porque en ambas se acumula queratina”, explica Ortega, pero son muchas las diferencias que deben destacarse entre ellas:
▹ En primer lugar, la gravedad de cada una de ellas. Mientras que “la pilaris es totalmente benigna”, nos cuenta el doctor, “la actínica podría ser el inicio de un epitelioma”.
▹ Otra de las principales diferencias son las causas de cada una de ellas. La acumulación de queratina en la queratosis pilaris “no está claro por qué se da”, explica Ortega, “puede ser causa genética o asociada a enfermedades de la piel, como la dermatitis atópica. La piel seca tiene tendencia a empeorar la queratosis pilaris”. La actínica, como ya contamos anteriormente, es consecuencia del envejecimiento de los queratinocitos y la radiación solar.
▹Los síntomas de ambas también se muestran diferentes: en la pilaris “se nota la piel como rugosa, casi como papel de lija por cada uno de los folículos que no terminan de salir”. La actínica, por su parte, no se extiende por tanta superficie de piel, sino que es localizada “y debe ser tratada pues es una lesión precancerosa”.
¿Se puede prevenir la queratosis actínica?
Dado que el principal motivo de aparición de queratosis actínica es la exposición a la radiación solar, es posible prevenirla, como nos cuenta el doctor Ortega, “protegiendo la piel correctamente de la radiación solar, con cremas protectoras”. Además, añade, “ahora disponemos de filtros solares con unas fotoliasas en endonucleasas que por explicarlo de manera sencilla, ayudan a las células a reconvertir el ADN premaligno en ADN normal, reduciendo así el riesgo de padecer cáncer de piel no melanoma”.
Es importante que esta protección se realice durante todo el año y no únicamente en verano en un contexto de playas o piscinas, ya que, incluso en días nublados, la radiación solar puede seguir dañando la piel. También debemos recordar que la protección que proporcionan las cremas solares es dependiente de la dosis (lo ideal serían 2 dedos para cara y cuello), y que se debe reaplicar cada dos horas para que no pierda efectividad.
➟ No te pierdas esta entrada, en la que ya te hablamos de la importancia de incluir protector solar a diario en la rutina facial.
Tratamientos dermatológicos
Puesto que la queratosis actínica no es únicamente un problema estético, es importante ponerse en manos de un profesional, que puede llevar a cabo diferentes abordajes de esta patología de la piel. Aunque en algunas ocasiones estas lesiones terminan por desaparecer, lo más habitual es extraerlas por precaución.
➢ Tratamientos tópicos
El dermatólogo puede pautar ciertas cremas o geles para tratar la queratosis actínica, en función de su gravedad y evolución. Generalmente este tipo de tratamientos se indican para aquellos pacientes con queratosis actínicas numerosas o generalizadas.
➢ Cirugía y láser
Para tratar las queratosis actínicas, el dr. Ortega aconseja el uso de crioterapia, que consiste en la congelación de la zona afectada de la piel mediante nitrógeno líquido, lo que concluirá en una regeneración de la misma. También pueden aplicarse otros métodos, como láser ablativo, raspado o exfoliación química.
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