El verano suele ser una época de alivio para las personas con piel propensa al acné. El sol parece obrar milagros, reduciendo las imperfecciones y ofreciendo una tregua temporal. Sin embargo, este respiro estival tiene un lado oscuro: el temido efecto rebote. Después del verano, el acné puede regresar con más intensidad. Aquí te contamos por qué sucede esto y qué puedes hacer para evitarlo.
¿Por qué mejora la piel durante el verano?
Según Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty, durante los meses de verano la exposición al sol puede disminuir la proliferación de bacterias que agravan el acné, como la Cutibacterium acnes. Además, el bronceado ayuda a disimular las imperfecciones, creando la ilusión de una piel más saludable. Sin embargo, esta mejoría es temporal y puede llevar a que bajemos la guardia, lo que contribuye al efecto rebote.
El sol: aliado temporal y enemigo silencioso
- Incorporar ingredientes antiinflamatorios y seborreguladores: Catalá recomienda incluir activos que contrarresten los efectos dañinos del sol y ayuden a regular la producción de grasa. Ingredientes como el extracto de epilobio tienen propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, además de ayudar a mantener el equilibrio de la piel. La niacinamida, por otro lado, es un excelente aliado para fortalecer la barrera cutánea, calmar la irritación y combatir la hiperpigmentación que puede surgir tras el verano.
- Mantener una rutina de limpieza adecuada: Una limpieza respetuosa y eficaz es clave para evitar la congestión de los poros y el engrosamiento de la piel. Catalá sugiere utilizar ingredientes como el carbón activo, que por su estructura porosa, limpia en profundidad, purifica la piel y favorece la oxigenación celular, lo que resulta ideal para pieles con tendencia acneica.
- Uso constante de protección solar: A pesar de que el verano ha terminado, la protección solar sigue siendo crucial. De hecho, Catalá subraya la importancia de usar un protector solar de amplio espectro durante todo el año para evitar los daños acumulativos del sol, que pueden contribuir al efecto rebote del acné.
Conclusión
El efecto rebote del acné tras el verano es real, pero puede prevenirse con una rutina de cuidado de la piel que incluya ingredientes antiinflamatorios, una limpieza adecuada y, sobre todo, protección solar continua. Siguiendo estas recomendaciones, puedes mantener tu piel equilibrada y evitar que el acné resurja con más fuerza después de los meses de sol.
Como destaca Pedro Catalá, la clave está en no bajar la guardia y continuar cuidando la piel durante todo el año, especialmente después de la exposición al sol.
Si quieres saber más sobre el acné en verano no te pierdas este artículo.
Deja una respuesta