Dolor de la planta, callos, juanetes, pies secos o exceso de sudoración. Esas, entre otras dolencias, aparecen cuando el cuidado de los pies no es el apropiado. Hay ciertos hábitos fáciles de seguir que, si los implementamos, mejoraremos potencialmente la salud de nuestros pies.
Cuidado diario de los pies
➀ No olvides la higiene de los pies
No solo con el agua es suficiente. Utiliza gel o jabón sobre los pies, la planta, entre los dedos y las uñas. Esta zona del cuerpo acumula muchas bacterias que solo se irán con un buen lavado.
➁ Sécalos con atención
El calor del agua y el exceso de humedad no beneficia a la dermis de los pies ya que puede generar una proliferación de hongos. Sécalos con atención, sin olvidar ninguna zona.
➂ Hidrátalos una vez al día
Después de la ducha es el mejor momento para aplicar una crema hidratante sobre los pies (y sobre todo el cuerpo). Si, además, masajeamos la zona con cuidado desde tobillos hasta dedos, se multiplicarán los beneficios y sentiremos cómo se relajan después de toda la jornada.
➃ Elige un calzado cómodo
Evita los tacones altos y excesivamente estrechos. Utiliza zapatos flexibles, con una anchura adecuada y que dejen transpirar al pie. Si se notan las rodillas o la espalda cargada, posiblemente haya que revisar la elección del calzado o, incluso, acudir al podólogo para hacer un estudio de la pisada. En muchos casos, las plantillas ayudarán con estos dolores.
➄ Utiliza algodón para tus calcetines
Las telas sintéticas no dejan transpirar al pie. El algodón, sin embargo, es el material recomendado por los profesionales.
➅ El deporte es un buen aliado
Llevar una vida sedentaria no trae consigo ninguna ventaja. El deporte regular ayuda a mantener la musculatura fuerte y flexible, los talones y tendones libres de tirones. Por otro lado, el deporte en exceso tampoco es recomendable.
Otros consejos para un correcto cuidado de los pies
✔ Corta las uñas en seco y con corte recto.
✔ No cruces las piernas durante demasiados minutos.
✔ Mantenlos alejados de las temperaturas extremas, tanto del frío como del calor.
✔ Utiliza piedra pómez para las durezas.
Dolencias más frecuentes en los pies
‣ Las ampollas y las rozaduras.
‣ Los callos o hiperaqueratosis.
Son zonas duras y engrosadas generadas por la presión en zonas de los dedos, debido normalmente al uso de zapatos inadecuados.
‣ La metatarsalgia.
Es una dolencia del metatarso (hueso del pie) que produce dolores en la bola superior de la planta. Normalmente es debida a actividades deportivas de impacto como correr o saltar.
‣ Los juanetes.
Los juanetes consisten en una deformación del dedo gordo del pie que acaba desviándose generando un bulto o protuberancia en la parte lateral.
‣ La sequedad cutánea y las grietas en los talones.
Ambas pueden deberse a estar expuestos a un calor excesivo, a demasiados baños o al uso de calzado inapropiado.
‣ El exceso de transpiración.
Muchas personas sufren de sudoración excesiva en los pies debido al estrés, ansiedad y también al uso de calzados cerrados y de materiales sintéticos. No obstante, también podrá deberse a la hiperhidrosis, un trastorno de regulación de las glándulas sudoríparas.
Causas de los dolores y patologías en los pies
Las anteriores dolencias, sobre todo, se deben a:
• El uso de calzado inapropiado.
• Largas caminatas o largas estancias de pie.
• Herencia genética.
• Edad.
• Sexo (las mujeres tienen una tendencia mayor a padecer de juanetes, por ejemplo).
• Varias enfermedades como la artritis reumatoide.
En resumen, un mal cuidado de los pies.
Dudas frecuentes sobre el cuidado de los pies
¿El tacón alto es siempre perjudicial?
Cuando usamos tacones de 4cm, el peso se reparte entre el talón y los dedos en una proporción 50-50%. Y, a medida que el tacón es mayor, los dedos y el metatarso soportan más peso. Lo recomendable es una proporción de 75-25%, que solo se consigue con zapatos planos. No obstante, los tacones de hasta 4cm pueden usarse sin exceso.
¿Por qué duele la planta del pie?
Una de las razones puede ser la metatarsalgia, dolencia del metatarso, de la que hablamos anteriormente.
También podría deberse a la fascitis plantar, que es una inflamación de la fascia, relacionado con la obesidad y el sobrepeso.
O, menos probable, puede estar causado por el espolón calcáceo, un pequeño hueso que sale y que se siente como una piedra en el zapato.
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