Todo sobre el ácido linoleico en la dieta y en cosmética

Ácido Linoleico En La Dieta
cremas con ácido linoleico

El ácido linoleico es un ácido graso esencial omega-6 que el cuerpo humano no puede sintetizar y que debe obtenerse a través de la dieta. Pero, ¡ojo! Debemos tener cuidado tanto con los déficits como con los excesos. “Un déficit de ácido linoleico en el cuerpo puede causar diversas afecciones en la piel e incluso retraso en el crecimiento, aunque un exceso tampoco es bueno, llegando a aumentar el riesgo cardiovascular” avanzan desde Nezeni Cosmetics, punto al que volveremos después.

Por sus beneficios, ha comenzado a utilizarse también en cosmética para la piel y el cabello. La piel lo absorbe de una manera fácil para limpiarla, hidratarla, nutrirla y regenerarla.

Además de la cosmética, se suele utilizar en diferentes productos de maquillaje, cuidado de las uñas e incluso de limpieza para el hogar.

Ácido linoleico en la dieta

¿Qué beneficios para la salud se asocian con un adecuado consumo de ácido linoleico en la dieta?

Le preguntamos a la Dra. María José Crispín, médica y nutricionista de Clínica Menorca por la importancia de este ácido para la salud, y responde que “desempeña un papel crucial en diversas funciones biológicas”.

Los principales beneficios para la salud son:

promueve un buen funcionamiento del sistema inmune ayudando a proteger el cuerpo de infecciones y enfermedades: hay evidencia científica en distintas investigaciones que han demostrado que el ácido linoleico puede reducir los marcadores inflamatorios.

regula el colesterol y los triglicéridos y previene enfermedades cardiovasculares: un meta-análisis publicado en Circulation ha mostrado que una mayor ingesta de ácido linoleico está asociada con un menor riesgo de enfermedad coronaria.

fomenta el buen funcionamiento del sistema nervioso y visual;

reduce la grasa corporal y aumenta la masa muscular;

desempeña un papel fundamental en el funcionamiento neuronal: recientes estudios han indicado que puede desempeñar un papel en la salud cerebral y la función cognitiva, la ingesta equilibrada de ácidos grasos esenciales puede contribuir a la prevención del Alzheimer.

mejora la sensibilidad a la insulina y reduce la inflamación, lo que mejora la salud de la piel y del cabello: estudios recientes sugieren que puede tener un papel en la mejora de la sensibilidad a la insulina y otros estudios clínicos indican que puede mejorar las condiciones de la piel como la dermatitis atópica.

reduce el riesgo de cáncer; aunque en este punto se necesita más investigación, estudios preliminares han sugerido que puede tener propiedades anticancerígenas.

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¿De dónde sacar ácido linoléico?

Ahora que sabemos que necesitamos este ácido en la dieta, ¿de dónde podemos obtenerlo? Para empezar, debemos asegurarnos de que tengamos déficit, o de que nuestros niveles no sean altos. Después, podemos introducirlo en la dieta a través de ciertos alimentos y también con suplementos.

La marca gaditana Di Oleo nos recomienda introducirlo en la dieta con aceites vegetales, muy ricos en ácido linoleico, sobre todo “los de onagra, germen de trigo, soja, maíz, algodón y girasol.

Y, si nos parece más sencillo, lo podemos tomar en cápsulas, perlas o pastillas, siempre en las dosis recomendadas.

¿Cuáles son los síntomas de una deficiencia de ácido linoleico en la dieta?

La nutricionista de la Clínica Menorca hace hincapié en los síntomas que podremos sentir en déficit de este ácido, pero no quiere que olvidemos que todos estos síntomas “pueden ser causados por varias condiciones; la deficiencia de ácido linoleico debe ser diagnosticada por un profesional mediante una evaluación completa, que incluye análisis de sangre”.

Síntomas generales como fatiga y debilidad y dolores articulares y musculares.

Problemas de piel como dermatitis, piel seca y áspera y caída del pelo.

Problemas de crecimiento especialmente en niños.

Problemas en el desarrollo neurológico.

✘ Al estar comprometida la función inmunológica, existe mayor susceptibilidad a infecciones.

Problemas de cicatrización, ya que el cuerpo pierde capacidad para reparar y regenerar tejidos.

Problemas de visión.

Problemas cardiovasculares, la deficiencia del ácido linoleico afecta a los niveles de colesterol y otros lípidos en la sangre.

¿Cuáles son los síntomas de un exceso de ácido linoleico en la dieta?

Un desequilibrio en la ingesta de ácidos grasos omega-6 en relación con los ácidos grasos omega-3, puede contribuir a una serie de problemas de salud. Algunos de los síntomas y riesgos asociados son:

Obesidad: contribuyen al almacenamiento de grasa corporal y al aumento de peso.

Inflamación crónica. El ácido linoleico puede convertirse en ácido araquidónico, que a su vez puede producir eicosanoides proinflamatorios. Un exceso de estos compuestos puede llevar a una inflamación crónica en el cuerpo, lo cual está relacionado con diversas enfermedades crónicas.

Problemas cardiovasculares. Un exceso de ácidos grasos omega-6 en relación con los omega-3 puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluyendo hipertensión, arteriosclerosis, y enfermedades del corazón.

Problemas metabólicos: el consumo elevado de ácido linoleico puede estar relacionado con resistencia a la insulina y síndrome metabólico, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Trastornos del estado de ánimo como ansiedad o depresión.

Problemas inmunológicos: aumenta la susceptibilidad a enfermedades autoinmunes.

Problemas articulares como, por ejemplo, la artritis.

Ácido linoleico en cosmética

¿Para qué se usa el ácido linoleico en cosmética?

Al ser un ingrediente tan importante en la dieta, los laboratorios se plantearon estudiarlo para los productos cosméticos y obtuvieron resultados muy positivos. Por ello, se comercializan aceites, serums, cremas y mascarillas tanto faciales como corporales e incluso productos de higiene para el cabello.

Desde la firma cosmética extremeña Goji Mediterránea nos explican que entre sus productos cuentan con un aceite de semillas de bayas de Goji con hasta un 70% de ácido linoleico que suaviza bastante las arrugas, mejora la elasticidad de la piel y unifica su tono.

O, por ejemplo, en Di Oleo,  nos han hablado de su champú sólido de semillas de chía y lino, fuente principal de este ácido, perfecto para cabellos rizados.

¿Qué beneficios tiene para la piel?

Hidrata y mejora su textura dejándola más suave y uniforme.

Fortalece la barrera cutánea. También ayuda a la retención de la humedad porque repara y fortalece la barrera cutánea, por lo que la protege, además, de factores externos dañinos como contaminantes y bacterias.

Tiene propiedades antiinflamatorias, calma la piel irritada y reduce el enrojecimiento y la inflamación. Es especialmente beneficioso para condiciones como el acné, la dermatitis y la rosácea.

✔ Al tener propiedades antiinflamatorias y capacidad de reparar la barrera cutánea, también contribuye a la cicatrización de heridas.

Reduce la producción de sebo, por lo que está indicado para pieles grasas y propensas al acné.

Tiene propiedades antioxidantes que protegen la piel de los radicales libres y el estrés oxidativo.

✔ Y, por último, puede ayudar a reducir las manchas y la hiperpigmentación al inhibir la producción excesiva de melanina en la piel.

Y, ¿tienen beneficios los champús con este ingrediente?

Los beneficios en el cuero cabelludo del ácido linoleico también son varios:

✔ mantiene la hidratación evitando la sequedad y la descamación,

✔ calma la irritación y la inflamación, por lo que es especialmente beneficioso en personas con dermatitis seborreica,

✔ fortalece la barrera lipídica del cabello por lo que este se vuelve menos propenso a la rotura y las puntas abiertas,

✔ ayuda a sellar la cutícula, por lo que el cabello está más suave, brillante y manejable.

✔ Además, estimula su crecimiento y lo protege del daño solar y la contaminación.

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¿Qué tipos de pieles se ven más beneficiadas?

La Dra Crispín recomienda los cosméticos formulados con este ácido para casi todos los tipos de pieles por sus múltiples propiedades. Y es que, como vemos, el ácido linoleico es muy versátil.

En pieles secas porque hidrata y retiene la humedad.

• En pieles grasas y propensas al acné porque regula la producción de sebo y por sus propiedades antiinflamatorias.

• En las pieles sensibles por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias, reduce la irritación y el enrojecimiento.

• En pieles mixtas porque equilibra las zonas grasas y secas proporcionando hidratación sin obstruir los poros.

• En pieles maduras y envejecidas por sus propiedades antioxidantes, mejora la elasticidad y firmeza de la piel.

• En pieles con rosácea o dermatitis por sus propiedades antiinflamatorias y reparadores, calman la piel, reduce la inflamación y el enrojecimiento.

Anotaciones de la doctora

“Con el ácido linoleico hay que tener cuidado. No es el linolénico (omega3) ni el ácido oleico (del aceite de oliva). El ácido linoleico tiene muchas funciones cruciales en nuestro organismo y es un ácido graso esencial que debemos asegurar en nuestra dieta, principalmente a través de aceites vegetales.

Sin embargo, es importante tener cuidado con el concepto de “superalimento”. Por muy beneficioso y necesario que sea para nuestra salud, el término “superalimento” puede ser engañoso. Lo realmente positivo es la superalimentación, que implica una dieta equilibrada y variada.

Para mantener una buena salud, no necesitamos consumir grandes cantidades de ácido linoleico ni de ningún otro nutriente específico. Lo esencial es obtener pequeñas cantidades de una variedad de nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Aunque el ácido linoleico es importante, no se requiere en grandes cantidades. Lo que realmente necesitamos es un equilibrio entre los diferentes ácidos grasos.

Nuestro cuerpo necesita un poco de todo y mucho de nada. Además del ácido linoleico, del ácido oleico y del ácido linolénico es importante garantizar la ingesta de otras grasas de origen vegetal, como el aceite de girasol, de maíz y de soja y frutos secos. Es fundamental recordar que no vivimos solo a base de ácido linoleico, sino de un equilibrio de todos estos nutrientes. Si solo aportáramos ácido linoleico a nuestro organismo, nuestra salud sería deficitaria”.