Tratamientos reductores integrativos

Tratamientos Reductores Integrativos
TRATAMIENTOS REDUCTORES INTEGRATIVOS

Maderoterapia y ayurveda

Por Anabel Álvarez Martínez

Desde que comienza la primavera, con la llegada del calor, en los centros de estética y spas empieza a aumentar la demanda de tratamientos corporales que nos ayudan a tratar la tan temida celulitis, así como de tratamientos para la obesidad o reductores, entre otros. Nosotros, los y las profesionales de la estética, buscamos dar una respuesta efectiva en todos los caos, y por ello en el mercado aparecen nuevos protocolos de trabajo, nuevas propuestas para lograr una mayor efectividad en nuestros servicios.

Esta vez queremos proponeros un protocolo que combina la maderoterapia, la aplicación de técnicas de masaje ayurveda o abhyanga y la utilización de puntos energéticos provenientes de la tradición india y china, todo combinado en una sola sesión.

Tenemos que recordar que todas las propuestas que nos llegan de Oriente, tales como la medicina tradicional china o el ayurveda, entienden que muchas de las enfermedades que desarrolla el ser humano comienzan por un desequilibrio a nivel energético. En otras palabras: hay un equilibrio entre el binomio mente-cuerpo. Por tanto, no es descabellado querer combinar en una misma sesión la maderoterapia con alguna técnica propuesta por el ayurveda, puesto que ambas parten de un mismo origen: la medicina y filosofía orientales.

Primera parte: la madera

Al tratarse de un tratamiento genérico, utilizaremos como cosmético el aceite de sésamo, que es apto para las tres constituciones o doshas del cuerpo humano (vata, pitta y kapha). Este podrá mezclarse con otros aceites esenciales, que serán seleccionados en base a las características individuales de nuestros clientes.

La maderoterapia se sirve de diversos instrumentos con distintas formas diseñadas para adaptarse a diferentes partes del cuerpo, las cuales pueden aplicarse con objetivos estéticos, a nivel corporal y facial, o con un uso más enfocado a la salud, como ocurre en los casos de contracturas musculares u otras afecciones del aparato locomotor.

Entre sus principales beneficios, la maderoterapia activa la circulación sanguínea, favorece la reducción y eliminación de depósitos grasos localizados, así como la eliminación de toxinas. Para trabajar esta técnica hay que tener en cuenta parámetros como la presión, que hay que adaptar a la sensibilidad del cliente y a la zona de trabajo (hay zonas de mayor sensibilidad, como son la cara interna de las piernas o la zona interna de los brazos); o el ritmo, que suele ser rápido, puesto que busca principalmente activar.

En cuanto a la posición en la que trabajaremos con el cliente, si las áreas objeto de tratamiento son varias, como brazos, abdomen y piernas, se puede optar por realizar unas sesiones en decúbito supino y otras en decúbito prono, para destinar el tiempo mínimo necesario a cada zona. Las principales maniobras que se utilizan en la maderoterapia son tres: movimientos ascendentes de caudal a craneal, movimientos circulares y en zig-zag.

Este es un protocolo general, una propuesta base, pero lo óptimo y recomendable es personalizarlo para cada cliente. Hay que hacer un estudio previo, teniendo en cuenta no solo las necesidades y deseos de la persona que se pone en nuestras manos, sino cómo funciona ese organismo y sus deficiencias o peculiaridades (problemas circulatorios, trastornos hormonales, hábitos de vida, cuidados estéticos diarios que se realiza…).

La selección de los diferentes instrumentos se realiza en función de la profundidad a la que queremos trabajar. Por eso, en primer lugar, utilizaremos el rodillo estriado, que se emplea normalmente al inicio de cualquier sesión de maderoterapia, pues tiene la función de activar la circulación sanguínea y linfática. A continuación, trabajaremos con el rodillo punta diamante, seguido del rodillo de cubos. En una sesión “clásica” de maderoterapia, tras usar estos rodillos entraríamos en la etapa de drenaje, utilizando la copa sueca o la tabla moldeadora para finalizar la sesión

Segunda parte: la energética

Entonces, ¿cuándo aplicamos el abhyanga? En este caso, tras la utilización de las maderas. Las técnicas de este masaje reequilibran de forma única e integral a la persona. Sabemos que el ayurveda es una terapia integradora, que entiende que el ser humano en un todo indiviso, y que para mejorar cualquier afección física se deben tener en cuenta nuestras emociones, nuestros pensamientos, cómo nos encontramos energéticamente. Tanto para este sistema como para la medicina tradicional china (MTC), en el cuerpo humano existe una red de canales, llamados meridianos energéticos o nadis, que conectan todos los órganos, tejidos y células.

Este mapa coincide con el recorrido que realizan el sistema circulatorio sanguíneo, el sistema nervioso y el linfático, y esto se debe a que la energía es necesaria para mantener todos estos sistemas activos y en funcionamiento. La tradición védica resalta que la obstrucción de flujo energético en los conductos de los nadis desarmoniza la salud del cuerpo y de la mente. Pero no nos quedemos con el aspecto “esotérico” que se le da a este concepto, pues estaríamos dejamos de lado toda la funcionalidad y el valor que puede aportarnos como esteticistas el trabajo sobre los meridianos.

Como en este caso vamos a tratar la celulitis y la obesidad, hay que saber que en las piernas tenemos tres meridianos yang y tres meridianos ying. Los yang de las piernas empiezan en la cabeza y terminan en los dedos de los pies; mientras que los meridianos yin empiezan en los dedos de los pies, finalizando en el tórax.

En esta ocasión trabajaremos directamente sobre el meridiano del estómago (Yangming del pie), que baja por el cuello y el tórax, en paralelo a la línea central anterior del cuerpo, sigue por la parte anterior externa de la pierna y dorsal del pie, y termina en la uña del segundo dedo del pie. También trabajaremos sobre el meridiano de bazo (Taiying pie), que a su vez empieza junto a la uña del dedo gordo del pie, recorre la parte interna y más anterior del pie y de la pierna, sube hasta el abdomen y sigue por el tórax, cerca del pezón, hasta la axila, y baja hacia el 6º espacio intercostal por la línea media axilar, donde termina.

Una vez localizado el recorrido, trabajamos los meridianos como si fueran un trayecto lineal, imaginando dos líneas desde los pies hasta las ingles. Empezamos masajeando por los pies y continuamos por la pierna, colocando nuestros dedos pulgares a cada lado de la tibia, subiendo desde los tobillos hasta la rodilla, y luego desde la rodilla hasta el final de los muslos. Este mismo recorrido se volverá a repetir, esta vez realizando círculos con el pulgar. Con estas dos maniobras básicas de abhyanga se busca desbloquear los nadis y ayudar en el reequilibrio del cliente.

A continuación, trabajaremos mediante presiones (también se pueden emplear agujas de acupuntura o moxa) en dos puntos clave del canal del estómago que nunca deberíamos obviar en nuestros tratamientos corporales.

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  • El punto 36E o Zusanli, a 3 cun de la punta de la rótula en la parte externa de la tibia.
  • El punto 40E o Fenglong, a 8 cun de la punta de la rótula y a 1 cun de la parte externa de la tibia.

Un cun es una unidad de longitud tradicional china. Su medida tradicional es el ancho del pulgar de una persona a la altura del nudillo. El ancho de los dos dedos índice equivale a 1,5 cun, y el ancho de cuatro dedos, uno al lado del otro, son 3 cuns.

Tercera parte: los pies

En los pies tenemos otros puntos energéticos, recogidos de la tradición ayurveda y utilizados en el masaje PadAbhyanga o masaje de pies, en los que es interesante incidir.

  • Khsipra. Se halla situado entre el primer y segundo metatarsiano de los pies (entre el primer dedo y el segundo). Mediante su manipulación activamos todos los nadis o meridianos de las piernas, por eso es interesante trabajarlo en primer lugar.
  • Gulpha Marma. Situado debajo de los maléolos del tobillo. Se trabaja realizando círculos con los pulgares y luego presionando; y el objetivo es activar la circulación sanguínea, controlar la grasa corporal.
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Tras la activación de estos puntos, finalizamos nuestro tratamiento con alguna maniobra calmante, integrante de nuestro trabajo, como una frotación, por ejemplo.

Con este enfoque integrador daremos ese “toque único” y diferenciador a nuestros tratamientos corporales, con los que ya no buscamos solo un objetivo estético, sino contribuir al bienestar general de nuestros clientes (que, aun sin saber por qué, sentirán una mejora más global, a muchos niveles), consiguiendo, en última instancia, su fidelización.