Secretos de backstage: Así se hace el maquillaje de pasarela y alfombra roja

Backstage
Fotografías: Kristen Wicce

A contrarreloj, con mucha coordinación de equipo y grandes dosis de creatividad. El maquillaje que se hace en el backstage desfiles y alfombras rojas posee una idiosincrasia que le distingue del resto de trabajos profesionales. En muy poco tiempo, te juegas mucho.

Por Abigail Campos Díez

Cuando se apaga la luz, empieza la música y la modelo abre el desfile, todo parece calmado. Pero entre bambalinas se respira efervescencia. En Mercedes Benz Fashion Week Madrid (MBFWM), la gran pasarela de moda española, un equipo de 15 maquilladores en el backstage y 3 asistentes a pie de pasarela trabaja desde primera hora a un ritmo vertiginoso. Cuatro días consecutivos, a siete desfiles diarios, con una media de 24 modelos para maquillar en cada uno de ellos… y solo 40 minutos para hacerlo.

El ritmo del backstage de la MBFWM es vertiginoso: cuatro días consecutivos, a siete desfiles diarios, con una media de 24 modelos para maquillar en cada uno de ellos y solo 40 minutos para hacerlo

Semejante reto exige una minuciosa preparación previa del equipo de belleza que comienza semanas atrás, cuando el key artist (la persona encargada de diseñar el maquillaje) recibe un moodboard del diseñador que incluye imágenes inspiracionales para crear el look, no solo de maquillaje y peluquería, sino que también puede incluir muestras de tejidos, estampados o texturas.

Posteriormente se concreta una fecha para realizar la primera y única prueba del maquillaje del desfile, que suele realizarse entre una o dos semanas antes en el caso de Madrid, pero incluso antes (hasta horas previas al desfile) en otras pasarelas. En esa reunión participan el diseñador de la firma, el key artist y miembros de sus respectivos equipos. “Algunos diseñadores vienen con una idea muy clara de la imagen que tienen. Pueden haberse inspirado en un viaje a Asia, en una película o ser amantes de una estética determinada. Si lo tienen claro, vamos a tiro hecho. Otros, sin embargo, no tienen noción del maquillaje, no lo han pensado o están tan inmersos en acabar la colección y dejarla tan rematada que nos dejan mano libre para el maquillaje”, apunta José Belmonte, director de maquillaje de Mercedes Benz Fashion Week y toda una institución en la profesión.

“Hay que tener una conversación con los diseñadores para saber entenderles. Les presentamos ideas sobre lo que puede quedar mejor con la iluminación o sugerencias cuando desean algo más o menos teatral”, explica José Belmonte, maquillador de la MBFWM

En el primer caso, cuando el diseñador tiene una idea definida del look beauty de su desfile, el equipo de maquillaje aporta, por su parte, sus conocimientos técnicos, porque a veces no es posible cumplir con todas las pretensiones del modista. “Intentamos llegar al punto de unión de su colección con el maquillaje. Les preguntamos qué tipo de feminidad quiere o si desea un punto más masculino, si le apetece que la piel aparezca más o menos vestida… Hay que tener una conversación con ellos para saber entenderles. Les presentamos ideas sobre lo que puede quedar mejor con la iluminación o sugerencias cuando desean algo más o menos teatral. Si la colección es muy potente, medimos el maquillaje para que no quede muy saturado. En otras ocasiones, si hay un color muy importante en el desfile, podemos decidir repetirlo en el maquillaje o, todo lo contrario, evitar que aparezca para no saturar”.

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Fotografías del backstage: Kristen Wicce

Decidido el maquillaje, se fotografía a la modelo desde diferentes ángulos y se hacen vídeos para ver el resultado en movimiento. Es una única prueba donde se crea ese estilismo, se testan productos y se hacen las modificaciones necesarias. Con todos los detalles, los cosméticos utilizados (en Madrid, por ejemplo, de L’Oréal; en la 080 BCN, de M·A·C Cosmetics) y el paso a paso, se cumplimenta una ficha (face chart) que se guarda en un sobre junto al resto del material de maquillaje y peluquería para poder mostrarla después al resto del equipo de belleza, aproximadamente una semana antes del desfile.

“En esa reunión les cuento cómo hemos hecho el look, cómo vamos a ir de un maquillaje a otro, de un desfile a otro, y vamos apuntando el colorido que vamos a utilizar cada día, para que todo el mundo tenga todo tipo de producto. Ese día ya tenemos el casting final de la pasarela, para poder tener igualmente todo listo para todo tipo de pieles, tonalidades, etc.”, agrega Belmonte.

Creando magia

El tema del casting es diferente según la pasarela. En el caso de Madrid, la organización pone a disposición de los diseñadores a un grupo de 30 modelos, de entre las que pueden elegir libremente (si quieren alguien de fuera, por ejemplo, a una top, corre de su cuenta). Esto supone que la mayoría de las chicas participa en casi todos los desfiles y hay que tener muy bien organizado qué características tiene el maquillaje y la peluquería que preceden, para ganar tiempo de reacción de cara al siguiente, teniendo en cuenta los 40 minutos disponibles para crear un look.

Pero no siempre es así. Víctor Maresco es maquillador con amplísima experiencia en pasarela. Ha colaborado ocho años con M·A·C y ha trabajado en la pasarela 080 BCN, Barcelona Bridal Fashion Week (la última, como director de maquillaje), en Portugal Fashion y dos veces en París Alta Costura. También ha dirigido cinco años el backstage de maquillaje de Atelier Couture. “Si hablamos de París, la citación de la modelo al desfile es de cuatro horas antes del desfile, por lo que tienes tiempo suficiente de recrear el maquillaje. Además, las modelos no pueden realizar más de dos desfiles al día porque no les da tiempo, si tenemos en cuenta la citación previa de cuatro horas y que el casting es
totalmente aleatorio”,
cuenta.

En España, aunque del maquillaje se suele encargar a una agencia de producción y coinciden casi todas las modelos, eso no significa que se puedan repetir los looks de belleza de un desfile a otro ni que haya acuerdos entre diseñadores en este sentido (esto solo sucedía cuando había desfiles compartidos). “Por lo general, cada diseñador quiere transmitir su esencia y ya es trabajo nuestro ver si hay algún detalle que podamos mantener”, apunta Maresco.

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Fotografías del backstage: Kristen Wicce

Las modelos deben acudir con el pelo limpio (no hay agua para lavar la cabeza en el set) y, para evitar que el maquillaje o la peluquería de un desfile dificulte demasiado el siguiente, hay ciertas técnicas y productos de maquillaje que quedan excluidos. “Por ejemplo, no podemos utilizar purpurinas a las 10 de la mañana, porque eso supondría que la arrastraríamos hasta el final del día. Tampoco podemos usar cosas que tinten la piel. Si el peinado es muy marcado, no va a haber manera de arreglarlo para el siguiente. Por ejemplo, si un desfile va con un pelo afro, no podemos garantizar que pueda haber un liso plancha para el siguiente. O si el primer desfile lleva piel supermorena, es imposible asegurar que el siguiente vaya a poder ser con piel muy pálida. Hay cosas que son inviables porque no hay una ducha. Para eso hacemos las pruebas en el orden real de los desfiles. Tenemos que saber de dónde venimos y a dónde vamos”, detalla Belmonte.

Los diseñadores saben de antemano que no pueden hacer peticiones demasiado extremas o disparatadas (la organización les envía previamente un escrito con los límites existentes). “En cualquier caso, es un medio muy creativo, cada uno tiene su locura, por decirlo de algún modo, su inspiración, su sueño… y con el maquillaje hacemos todo lo posible por llegar donde ellos quieren”, agrega el director de MBFWM.

“Lo mejor para mí es la parte creativa que experimentas y sacas a pasear, y que quizás en nuestro día a día, realizando un lookbook o alguna publicidad, tenemos mucho más contenida”, opina el maquillador Víctor Maresco

Pese a la férrea organización, tampoco hay una rigidez estricta. Pueden surgir modificaciones inesperadas por parte del maquillador o del propio diseñador. Hay que dejar cierto margen para cambios de último momento y no valen las normas inamovibles. “Lo más valioso del maquillaje de pasarela es que no existen reglas. Nada creativo puede tener reglas porque si no, estaríamos cortándonos las alas. Lo bonito de esta profesión es la libertad para crear magia”, opina Maresco.

No olvidemos que, además, el objetivo de una pasarela no es otro que las colecciones de moda. Maresco precisa que, por ese motivo, el papel del maquillaje es “contextualizar, acompañar y reforzar la colección de moda”.

“Al final, como todo es un conjunto y estamos vendiendo un sueño, hay veces que se trata de colecciones que no son muy buenas, pero con el ambiente de la música, la puesta en escena, el maquillaje y el pelo te ves embaucado y te convence”, dice Belmonte.

Compañerismo y buena preparación

Trabajar en el maquillaje y la peluquería de un desfile presupone un alto grado de estrés para el que hay que estar preparado. No solo en el plano técnico sino también en el emocional. “La pasarela te exige tener mucha agilidad mental, ser rápido ejecutando, resolutivo, pero impoluto en la técnica, y tener un conocimiento no solo del maquillaje en general sino también de cómo funcionan entre sí los diferentes productos y texturas para crear efectos. Lo mejor para mí es la parte creativa que experimentas y sacas a pasear, y que quizás en nuestro día a día, realizando un lookbook o alguna publicidad, tenemos mucho más contenida”, manifiesta Maresco, quien destaca además la adrenalina que eso genera, lo consciente que eres del valor del trabajo en equipo y la satisfacción del trabajo realizado.

Belmonte coincide y hace un gran hincapié en la necesidad de un equipo unido, que trabaje y se sienta a gusto. “Para mí es vital que mi equipo disfrute, porque es un momento para ello. Hay mucha vida, mucha energía, y me apetece que la gente esté bien. No quiero equipos con miedo, no quiero que se vengan abajo. En una pasarela no soy nadie sin mi equipo. Para sacar lo mejor de cada uno hay que estar en un buen ambiente, en la pasarela y en la vida”.

El jefe de MBFWM destaca también la importancia de que maquilladores y peluqueros consigan que las modelos se sientan a gusto, “que se levanten del sillón viéndose muy guapas, porque al final son las que van a defenderlo en la pasarela, y hay que conseguir que estén perfectas desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche. Es importante que una modelo se sienta así; si respira un ambiente donde a todo el mundo se le trata bien, lo va a agradecer. Pensemos, por ejemplo, que algunas son extranjeras y están en un país extraño. En el maquillaje todo es muy humano. Hay que escuchar a la gente, como las chicas de estética escuchan a las clientas que llegan a su salón”, opina.

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Fotografías del backstage: Kristen Wicce

Alfombra roja

Similar adrenalina es la que destila un equipo profesional de peluquería y maquillaje ante un evento con alfombra roja con celebrities, como pueden ser una gala, unos premios o un certamen de cine. En ese tipo de citas se mueven los profesionales de Antonio Eloy Pro, marca profesional de Antonio Eloy Escuela para eventos, responsable de los looks red carpet’ de Ester Expósito, Itziar Castro, Noemí Ruiz, Paula Palacios, Rocío Nadal, Ana Vera, Pilar Castro o María Casado del último Festival de Cine de Málaga, por ejemplo.

En una cita de esas características se movilizan aproximadamente unas 40 personas entre maquillaje, peluquería y logística. Se instala un backstage con 24 tocadores en el Hotel NH y otro para últimos retoques en el Hotel Miramar. Pero, aunque las reuniones con directivos del festival y autoridades municipales pueden comenzar meses antes, lo habitual es que el maquillaje y la peluquería no se decidan hasta el último minuto, cuando el famoso ya está sentado delante del profesional. “No se suelen hacer pruebas porque al artista o famoso lo vemos ese mismo día y, en función de su piel, su cabello, el estilismo y el evento, se decide todo. A veces se realiza una consulta previa por correo o whatsapp, pero casi siempre se decide en el momento”, explica Gema Moreno, formadora del área de peluquería de Antonio Eloy Pro.

El personaje acude a la cita unas tres horas antes del evento y, en función de su vestuario, se decide y ejecuta la peluquería y el maquillaje. “Se suele tardar en crearlo aproximadamente una hora y media. La decisión del maquillaje y la peluquería es un equilibrio entre el gusto de la celebrity o artista y el equipo técnico, pero siempre acompaña al estilismo de moda y también debe ir en consonancia con las tendencias actuales. Lo más importante es que esté muy en concordancia con su estilo personal, que sea un look de tendencia, actual y, dependiendo de la persona, más natural, creativo o vanguardista”, detalla Álvaro Sánchez, formador del área de maquillaje para Antonio Eloy Pro. Pese a la gran satisfacción personal y profesional de este tipo de trabajos, la visibilidad inmediata del trabajo tiene la contrapartida de la igualmente rápida exposición social a la crítica, “pero no es algo negativo si se toma como algo constructivo”, asegura Sánchez.

En cualquier caso, además de los conocimientos técnicos de belleza, moda y tendencias, y la capacidad creativa, los profesionales de maquillaje y peluquería de alfombra roja deben tener otras cualidades, como “la empatía, saber estar, capacidad de trabajo en equipo y don de gentes”, opina Moreno.