¿Qué es la peloterapia?

¿Qué Es La Peloterapia?
¿qué es la peloterapia?

En el sector del termalismo y la talasoterapia, el estudio de los peloides es un tema recurrente. Un ejemplo: si se consulta el programa científico del Congreso sobre Agua y Salud, en el marco de actividades de Termatalia (Feria Internacional de Turismo Termal, Salud y Bienestar, que se celebra en Ourense en septiembre), este término aparece en 9 ocasiones.

Nos hemos preguntado por qué son tan importantes estos peloides y qué beneficios trae su uso, es decir, la peloterapia. María Lourdes Mourelle Mosqueira, licenciada en Farmacia y doctora en Física Aplicada, directora de Peloides Termales S.L y del Grupo FA2 de Física Aplicada de la Universidad de Vigo, nos lo explica.

Pregunta- Lourdes, para empezar, ¿qué son los peloides?

Respuesta- Los peloides están compuestos por una fracción o sustrato sólido, una fracción líquida (agua mineromedicinal, de mar o lago salado) y una fracción biológica (microalgas, cianobacterias, sulfobacterias, etc.), que se desarrolla de manera natural en las aguas mineromedicinales. La fracción sólida puede estar constituida por arcillas, sedimentos de las propias aguas mineromedicinales (cuando poseen alta mineralización, como es el caso de las hipersalinas) o sedimentos de otro tipo (sedimentos de río o limos). También puede estar constituida por turbas, con alto contenido orgánico. La fracción líquida es el agua mineromedicinal, que puede ser de muchos tipos, aunque frecuentemente es clorurada, sulfatada y/o sulfurada.

P.- ¿Un peloide es, por tanto, lo que comúnmente llamamos fangos o lodos?

R.- Los tipos de peloides se diferencian principalmente por su composición. Así, se denominan fangos o lodos cuando la composición es altamente inorgánica (constituidos por arcillas, sedimentos, etc.), pero hay otros tipos. Las turbas poseen un alto contenido orgánico debido a que su fracción sólida, como se ha indicado, es una turba con determinado grado de humidificación (proceso de descomposición de diversas materias vegetales). Bioglea es la denominación clásica para los peloides que proceden de las aguas mineromedicinales sulfuradas, en las que se forma una película constituida por una mezcla de sulfobacterias, microalgas, etc., aunque también se definen “otras biogleas” cuando este biofilm se desarrolla en otro tipo de aguas mineromedicinales.

Por último, sapropelli es el peloide que se produce en un proceso de anaerobiosis, es decir, en ausencia de oxígeno, como puede ser el fondo de un lago.

P.- ¿Todos los barros que vemos son fangos?

R.- El término fango suele ser equivalente a barro, que no es lo mismo que peloide. Cuando un barro o un fango se prepara con agua mineromedicinal o de mar se denomina peloide o fango termal. Existen barros que lo único que tienen en común con el peloide es la base, ya sea arcilla o sedimento, y no por ello decimos que es un peloide.

P.- Estos peloides, ¿se obtienen de la naturaleza o hay que procesarlos para que podamos utilizarlos o para que mantengan su utilidad?

R.- Tenemos dos tipos de peloides: los naturales y los preparados ad hoc. Los naturales se forman mediante un largo proceso de contacto del sustrato sólido con la fracción líquida del agua mineromedicinal, en el que sufre un proceso de maduración natural por el cual se pueden generar sustancias de acción biológica y que puede durar muchos años.
Los preparados ad hoc son los que se formulan para un centro termal específico, con su agua mineromedicinal, y se elige un sustrato sólido adecuado para esa agua y para el fin al que van dirigidos (para procesos reumatológicos, dermatológicos, de bienestar…).

En todos ellos es preciso evaluar su calidad microbiológica y las propiedades termofísicas (si se usan para termoterapia) y las características de aplicabilidad (también en función de que se apliquen en forma de emplastos o envolturas).

También existen peloides comerciales, que pueden comercializarse secos, en polvo, para mezclar con el agua mineromedicinal o de mar, preferiblemente. Estos no tienen problemas de conservación, ya que, al no incluir agua, los microorganismos difícilmente proliferan. Por último existen también peloides preparados para su uso, en cuyo caso deben incluir conservantes o comercializarse en envases monodosis.

P.- ¿La peloterapia es, por tanto, la aplicación de estos peloides?

R.- La peloterapia es un término que se usa para la aplicación con fines terapéuticos, pero también se ha extendido al mundo del bienestar, donde también se usa el término fangoterapia. Según el fin propuesto hay distintas formas de uso. Para aplicaciones terapéuticas se puede realizar en forma de emplastos y calientes en zonas determinadas (rodillas, manos, hombros, abdomen, etc.). Su principal uso es en reumatología y rehabilitación deportiva. Pero también se puede extender una capa fina a modo de pincelación por todo el cuerpo y, a continuación, aplicar calor con ayuda de lámparas de infrarrojo, mantas eléctricas u otra fuente de calor.

Cuando se emplean para problemas dermatológicos se usan a temperatura ambiente en forma de mascarillas (para el rostro o zonas concretas) o en envolvimiento.

Además, los peloides también se usan con fines preventivos y de bienestar en los centros termales, centros de talasoterapia, spas y centros wellness. El procedimiento es el mismo, pero con frecuencia se le añaden algas, extractos de plantas y otros ingredientes activos para mejorar una alteración o estado de la piel; por ejemplo, para la celulitis, el acné, la hidratación cutánea, etc.

Cuando se aplican en forma de envolvimiento es frecuente retirarlos con ayuda de un chorro a presión, completando de esta manera un programa de tratamiento. Un ejemplo puede ser un programa de bienestar que incluya bañera de hidromasaje, envoltura de peloide, chorro a presión y masaje parcial.

P.- ¿Solo por su aplicación y el contacto con la piel ya tienen beneficios sobre la salud, o hay que dejarlos expuestos o trabajarlos de alguna manera sobre el cuerpo? ¿Qué beneficios se pueden alcanzar a nivel terapéutico?

R.- Para conseguir ciertos efectos, como la transmineralización, es necesario mantenerlos durante un tiempo de exposición, que suele ser de 20-30 minutos, con una cubierta que ejerza cierto efecto de oclusión (film plástico, sabanilla, etc.) y, si la alteración o el estado de la piel lo permite, con una fuente de calor. Los efectos terapéuticos están vinculados al tipo y composición del peloide, pero se puede decir que todos ejercen funciones antiflogísticas (que tratan la inflamación) y calmantes; son remineralizantes de la piel y, en el caso de las turbas, también hidratantes.

P.- Y, a nivel cosmético y estético, ¿qué beneficios pueden tener?

R.- En función de su formulación nos encontramos peloides hidratantes, muy adecuados para pieles secas, bactericidas (generalmente los hipermineralizados) para el acné; los derivados de arcillas poseen acciones antiflogísticas, y cuando están mezclados con algas se pueden usar como desintoxicantes para la celulitis. También se pueden mezclar con extractos de plantas (ruscus, vid roja, etc.) para problemas de piernas cansadas (siempre aplicados en frío). En los tratamientos antiestrés prácticamente se pueden usar todos los peloides, pero los de origen marino (también denominados limos marinos) y los hipermineralizados son los más usados.

P.- ¿Hay una base científica que valide estos beneficios?

R.- Sí; los principales estudios se refieren a reumatología (acción antiálgica y antiinflamatoria, con reducción del dolor, mejora de la limitación funcional y también mejora de la calidad de vida) y dermatología (mejora de la psoriasis, aumento de la hidratación y reducción de la descamación y el prurito, acción antiinflamatoria y reducción de la descamación en dermatitis atópica y dermatitis seborreica…), pero también hay investigaciones y evidencia científica en el tratamiento del acné y en la mejora de la hidratación y regeneración cutánea (por ejemplo, en cicatrización).

P.- ¿Solo se pueden utilizar en balnearios? ¿O un spa o un centro de estética especializado en estas terapias puede realizar terapia de peloides?

R.- Cuando hablamos de “terapia” nos referimos generalmente a un centro con una dirección médica que realiza la prescripción y supervisión (balnearios y centros de talasoterapia), pero muchos centros wellness y spas usan peloides para fines terapéuticos bajo la supervisión de un fisioterapeuta, y también con fines de bienestar, aplicados
por técnicos en estética.

P.- Si pueden aplicarse en todos estos espacios, ¿por qué no gozan de la misma popularidad que otros tratamientos asociados al spa o al wellness?

R.- El principal motivo es que un peloide se asocia con terapia, y en los spas se realizan principalmente tratamientos de bienestar y estéticos. Aunque los beneficios son muchos, su aplicación puede resultar “engorrosa”, ya que se mancha la cabina y siempre se necesita una ducha anexa. Y no a todas las personas les gusta sentirse “embarradas”. En todo caso, debemos promover su uso debido a sus excelentes propiedades para el cuidado de la piel, además de, por supuesto, sus efectos terapéuticos.

P.- ¿Aún queda por investigar?

R.- Siempre queda por investigar, y seguimos avanzando. Ahora mismo en la Universidad de Vigo estamos investigando en el hidrobioma del agua termal (es el “hot topic” actualmente) para conocer la biodiversidad microbiana de las aguas mineromedicinales; y otros grupos de investigación ya estudian el papel de las microalgas y cianobacterias en las propiedades terapéuticas y cosméticas de los peloides.