Qué hacen los neuropéptidos y por qué superan al retinol

Neuropéptidos Para La Piel
qué son neuropéptidos

Durante años, el retinol, los péptidos tradicionales y la vitamina C han ocupado el podio de los activos antiedad. Pero desde hace un tiempo, una nueva generación de ingredientes está ganando terreno con una propuesta tan innovadora como eficaz: los neuropéptidos, moléculas inteligentes capaces de modular la comunicación entre piel y sistema nervioso.

¿La promesa? Relajar las microcontracciones faciales responsables de las arrugas de expresión, sin inyecciones ni efectos adversos. Hablamos con varias expertas para entender cómo actúan, qué beneficios aportan y cómo integrarlos en la cabina y en casa.

¿Qué son los neuropéptidos y cómo actúan sobre la piel?

Aunque se parecen a los péptidos tradicionales en estructura (ambos son cadenas de aminoácidos), los neuropéptidos van más allá: actúan sobre los receptores neuronales cutáneos, modulando la comunicación entre células nerviosas y células de la piel.

Raquel González, cosmetóloga y fundadora de Byoode, lo explica de forma sencilla: “Son como los mandamases de la comunicación celular. No dan una sola orden, sino que coordinan distintos procesos para que la piel se comporte como una piel joven: que produzca más colágeno, se repare mejor, esté más firme y recupere su densidad”.

Este efecto “reprogramador” también es clave para Mireia Fernández, directora de dermocosmética en Perricone MD, quien apunta que “no buscamos solo rellenar arrugas o reafirmar puntualmente, sino recordarle a la piel cómo era su comportamiento óptimo, cuando estaba en plenitud”.

Neuropéptidos vs retinol y péptidos tradicionales: ¿en qué se diferencian?

Mientras que los péptidos clásicos estimulan funciones específicas como la producción de colágeno o la hidratación, los neuropéptidos tienen una acción más compleja y global.

Noelia Martín, bioquímica en Iroha Nature, explica que “actúan sobre la comunicación neuromuscular y neurocutánea. No se centran únicamente en la síntesis de colágeno o la renovación celular, sino en modular las señales que provocan las contracciones musculares responsables de las arrugas dinámicas”.

El resultado es un efecto “botox-like” sin agujas ni pérdida de expresión. Marlene Aznar Falces, responsable de formación de Patyka París, lo describe como una forma suave y progresiva de alisar: “Ayudan a relajar las microcontracciones musculares que causan las arrugas de expresión, como las del entrecejo o las patas de gallo. No paralizan como el bótox inyectable, pero sí suavizan esas líneas de forma muy natural”.

Además, tienen una tolerancia excelente. A diferencia del retinol, que puede provocar irritación, fotosensibilidad o descamación, los neuropéptidos no sensibilizan la piel. Raúl Martos, director de Abidis, destaca que “son aptos incluso para pieles sensibles, no generan irritación y no hay que suspender su uso ni en verano”.

¿Qué tipo de pieles o edades se benefician más?

No hay una edad exacta para empezar con ellos, pero todas las expertas coinciden: a partir de los 30-35 años, los neuropéptidos son especialmente eficaces. En ese momento suelen aparecer las primeras arrugas de expresión —entrecejo, contorno, frente— y es cuando más sentido tiene intervenir con inteligencia cosmética.

“Los neuropéptidos brillan cuando la piel empieza a mostrar signos reales de desaceleración celular”, explica Mireia Fernández. “Más que empujarla con tratamientos intensivos, lo que necesitamos es devolverle la memoria y enseñarle a funcionar bien”.

Además, son muy recomendables en pieles reactivas o estresadas, ya que no comprometen la barrera cutánea. “No irritan, no sensibilizan y pueden utilizarse incluso tras tratamientos estéticos siempre que la piel esté íntegra”, añade Raquel González.

Eso sí, como puntualiza Noelia Martín, “no están indicados como primer paso en pieles jóvenes sin signos de envejecimiento. En esos casos, es mejor priorizar antioxidantes o hidratantes básicos”.

¿Cómo se integran los neuropéptidos en la rutina cosmética?

Estos activos suelen encontrarse en sérums, boosters o cremas de tratamiento, ya que su textura ligera favorece la penetración. La rutina ideal sería:

  1. Limpieza
  2. Tónico o esencia
  3. Sérum con neuropéptidos
  4. Hidratante o nutritiva
  5. Protección solar (de día)

Raúl Martos recomienda combinarlos con ácido hialurónico de bajo peso molecular para potenciar el efecto redensificante. En Patyka, por ejemplo, han desarrollado su Sérum Firmeza ProEstructura combinando hexapéptido-11 y un retinol-like vegetal, pensado para actuar tanto sobre la firmeza como sobre las microcontracciones musculares.

Y lo mejor: son compatibles con casi todo. “Se pueden usar con exfoliantes como los AHA o retinoides, siempre que la piel esté bien acostumbrada”, aclara Marlene Aznar. “De hecho, en Perricone combinamos neuropéptidos con glicólico porque uno actúa en superficie y el otro en profundidad”, añade, por su parte, Fernández.

Solo en caso de piel sensibilizada conviene evitar combinaciones con exfoliantes fuertes o ajustar su uso a días alternos.

¿Tienen efecto acumulativo o solo actúan mientras se usan?

La respuesta es clara: sí tienen efecto acumulativo. Como lo describe la fundadora de Byoode “los neuropéptidos no son maquillaje cosmético, son pedagogía celular. Cuanto más los usas, más se fortalece la piel desde dentro”.

Eso significa que, aunque los efectos visibles puedan disminuir si se suspende su uso, la piel mantiene durante un tiempo los beneficios funcionales que ha aprendido. La directora de dermocosmética en Perricone MD lo confirma: “Con el uso continuado, no solo ves menos arrugas o más firmeza, también una piel más viva, más sana. Pero como todo en biología, si cortas el estímulo, poco a poco la piel volverá a su ritmo anterior”.

Conclusión: inteligencia celular para una cosmética del presente

Los neuropéptidos no vienen a sustituir al retinol, ni a competir con los antioxidantes. Vienen a complementar la estrategia antiedad con inteligencia molecular, reeducando a la piel para que funcione como cuando era joven. Su efecto botox-like, su alta tolerancia y su capacidad de trabajar en sinergia con otros activos los convierten en un ingrediente clave tanto en cabina como en casa.

Son versátiles, eficaces y respetuosos con la biología cutánea. Y eso, en la cosmética profesional actual, no es una promesa menor: es una revolución silenciosa.