Convertirse en una referente de la piel es adquirir la capacidad de ser una experta en la materia y que te reconozcan por ello. Cuando logras ese nivel de excelencia tienes la capacidad de evaluar, entender y exponer a tu cliente los datos necesarios para cuidar su piel y que el cliente se diga a sí mismo: “esta profesional sabe de lo que habla”. Y ese es nuestro objetivo.
Por Belén Cuendias
La estética es una de las áreas profesionales que más competencias abarca. Es complicado para el consumidor de a pie identificar la experticia de la esteticista, y es aún más difícil para la propia profesional lograr el prestigio y reconocimiento necesario en la protección y belleza de la piel. Hoy quiero ayudarte a dejar huella en tu cliente aportándote algunas claves para convertirte en una referente en este campo.
Mi experiencia personal
Estoy de acuerdo en que toda empresa necesita crear novedades para vender. La pregunta es: ¿las necesitamos todas? Y, lo más importante, ¿las necesita la piel?
Hace años comencé a tener una extraña sensación sobre la estética: demasiado marketing, falta de rigurosidad y palabras vacías en la argumentación comercial… Siempre fui una persona curiosa y había demasiados porqués a los que me costaba dar respuesta. Mi cabeza se inquietaba al pensar que esas novedades serían aplicadas en un órgano tan vital e importante como el resto de órganos de nuestro cuerpo (si no más); y esto me generaba cierta inseguridad.
Fue en este momento cuando comencé a plantearme qué era aquello estrictamente necesario para la piel y qué cosas podrían ser complementarias. Cuánto había de realidad en los productos y sistemas de cabina, cómo podía lograr resultados reales y no solo aquellos resultados que se mostraban en fotos de stock. Comencé a observar e investigar cada signo que aparecía en la piel y a cuestionar las diferentes opciones que se proponían para cada alteración, y fue aquí donde descubrí que realmente sabía muy poco sobre la piel, abriéndose un nuevo camino para mí.
Belén Cuendias
Belén Cuendias es esteticista, asesora de empresas y fundadora de Academiestetic. Cuendias ofrece mentoring personalizado a profesionales de la estética que quieran emprender un negocio, crear una marca personal, potenciar su presencia online y offline y relanzar sus estrategias comerciales.
La piel tiene su propio lenguaje
Cuando tomas la decisión de convertirte en un referente en el área de la piel debes adquirir un dominio supremo en su lenguaje. Saber cómo se comunica, qué cuenta en cada afección y cómo determinadas alteraciones estéticas externas forman parte de un lenguaje interno.
Y es que la piel está fuertemente unida a todos los órganos del cuerpo. ¿Sabías que, en su primera manifestación de vida, la piel se inicia como tejido mesenquimal? Después de la unión del espermatozoide y el óvulo comienza la creación de ese primer tejido que dará lugar a órganos y estructuras.
Por eso, cuando hablamos de que la piel es un órgano totalmente somático es porque realmente todo lo que sucede dentro de nuestro cuerpo se expresa en el exterior. Si estoy asustada, ella palidece; si estoy avergonzada, ella se enrojece; cuando mi hígado falla me pongo cetrina o aparecen manchas; demasiada suciedad y oclusión en el poro significan que el intestino necesita ayuda. Hay cientos de ejemplos más.
Cuando adquieres la habilidad de saber observar la piel comienzas a entender su propio idioma, y es entonces cuando puedes empezar a hablarlo.
Identificar la alteración
Ser un referente es tener un criterio propio, comprometerte con el foco y buscar la diferenciación. ¿Cuál es el compromiso con el foco para una experta de la piel? Lograr el perfecto equilibrio entre belleza, bienestar y salud. Para lograr este equilibrio tienes que dejar de observar la piel como un órgano simplista donde aplicar la última tecnología y el último producto de moda. Cada piel tiene sus propias necesidades, y cada necesidad tiene sus propios motivos.
Cuando hablamos de que la piel es un órgano totalmente somático es porque realmente todo lo que sucede dentro de nuestro cuerpo se expresa en el exterior
En una piel desequilibrada nunca se logra un resultado óptimo si previamente no se corrige la afección que lo provoca. A veces nos precipitamos priorizando reducir una mancha, reafirmar un tejido o eliminar una arruga, pero tenemos que plantearnos: ¿por qué se han provocado estas alteraciones? ¿Está el manto cutáneo preparado para proteger la piel? La piel tiene sus propios mecanismos de defensa, y cuando uno falla, esta siempre tiene un plan B. Si no se refuerza el mecanismo de protección de la piel antes de someterla a un tratamiento estético intensivo, ella responderá con todo su arsenal defensivo. Es decir, puedes estar tratando una mancha y, si no has optado por la opción correcta, la piel puede estar pigmentando a nivel más profundo.
Ciencia y conciencia
La biología celular puede resultar tediosa o aburrida, pero cuando comienzas a descubrirla y razonarla te vuelves insaciable y quieres adquirir más y más conocimiento. Y es que, al final, todo nuestro cuerpo es pura química y pura biología. Cuando conoces cómo se comportan las células comienzas a entender dónde tienes que realizar la acción, qué activos necesitas y qué herramientas pueden ayudarte a conseguir tus objetivos.
Cada capa de la piel tiene su estructura, cada estructura tiene su porqué, cada célula tiene su misión. Por poner un ejemplo: en la capa epidérmica tenemos dos tipos de células, el queratinocito y el corneocito; si te encuentras ante una piel seca, escamosa o con ictiosis, el objetivo del procedimiento debe centrarse principalmente en restaurar la capa corneocitaria, pero si, por el contrario, te encuentras ante una piel engrosada e hiperqueratinizada, el mensaje químico y la elección del procedimiento debe ser enviada al queratinocito.
Es necesario entender biológicamente dónde esta fallando la piel para comprender cómo podemos colaborar con los activos y herramientas de cabina. Cuando priorizas la acción, cambias el resultado.
Ser bueno vs. ser referente de la piel
¿Cuál es el objetivo de toda profesional que se dedica con pasión a la estética? Convertirse en una experta en aquello que hace y ama.
Tú eres una gran profesional, te apasiona la piel y quieres mejorar cada día (lo sé porque, si no, no estarías leyendo este artículo). Algunos empresarios creen que para ser un referente es suficiente con disponer de las mejores marcas o de la última tecnología, y estoy de acuerdo en que esto puede ser de ayuda para ser bueno, pero ser un referente en la belleza de la piel implica mucha más inversión que en técnicas y cosmética. La piel es un órgano muy complejo, y ser un referente en su cuidado requiere conocerla desde su mínima expresión, desde la estructura más pequeña; entender las alteraciones que aparecen en ella, saber detectar síntomas y signos, conocer cómo se alimenta, cómo sobrevive, cómo se protege… Cuando entiendes esto comienzas a saber lo que necesita la piel en cada momento, comienza a manifestarse en ti tu poder personal y empiezas a transformarte en un verdadero referente de la belleza de la piel.
5 tips para empezar
- Sé una auténtica detective de la piel. Aprende a detectar alteraciones que aparecen en ella. A través de síntomas y signos podrás identificar alteraciones estéticas y realizar una lectura correcta que te permita tratar lo que es y no lo que parece.
- El cuerpo es una máquina (casi) perfecta, tú pilotas. No hay secreto ni fórmulas, cada estructura de la piel está creada para activar, defender, aportar y desechar lo que no necesita… Analiza desde la biología científica y ábrete al conocimiento profundo.
- Órganos y sistemas, el origen de toda alteración. ¿Sabes cómo afectan las alteraciones de los órganos a la piel? Profundiza en anatomía y morfología facial y corporal, esto te mostrará el camino de cada alteración.
- El diagnóstico, la herramienta perfecta. Cada agente físico electroestético tiene un objetivo; cada cosmético, un fin. Evalúa cada alteración y prioriza (recuerda que, en la mayoría de ocasiones, menos es más). Luego, comienza a desarrollar tus protocolos personales.
- Solo puedes comprender cómo funciona un cosmético cuando comprendes cómo funciona la piel. Olvídate de marcas y analiza el INCI de tus cosméticos, evalúa sus principios activos. Así sabrás si la piel es apta para el cosmético.
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