Bronceado sin crema solar, exfoliantes caseros con limón o niñas de 10 años usando retinol. No es ficción, es TikTok. En un momento en el que los hábitos de autocuidado se comparten más que nunca, algunas tendencias virales han cruzado límites peligrosos para la salud de la piel. Y lo peor: muchas veces se presentan como “tips” inocentes.
Desde Expertos en Estética, hablamos con varios profesionales del sector para entender qué está pasando en redes sociales, qué consecuencias puede tener para tu piel y cómo diferenciar una rutina segura de una que solo busca likes.
4 tendencias virales de tiktok con las que tener mucho cuidado
Tatuaje solares
Hay ideas que se viralizan porque “quedan bien”, pero que no tienen ninguna base dermatológica. Una de las más impactantes de este verano son los tatuajes solares, una práctica que consiste en quemarse la piel a propósito para crear formas dejando zonas sin protector solar.
El Dr. Javier Pedraz, dermatólogo en IML Clinic, lo explica con claridad: “Es una forma de quemadura solar deliberada, y cada vez que la piel se quema, aumenta el riesgo de desarrollar cáncer en el futuro”. Y no es la única moda preocupante: también ha vuelto el “callo solar”, esa idea falsa de que puedes “acostumbrar” la piel al sol a base de no usar protección.
“No existe el bronceado saludable. Todo bronceado es un reflejo del daño cutáneo”, insiste Pedraz. Y ese daño se acumula.
Cosmética DIY (y otras ideas que deberían dar miedo)
Raúl Martos, director de Abidis, señala que “el uso casero de ingredientes no cosméticos como limón, bicarbonato o pasta de dientes sigue siendo alarmante. También el abuso de exfoliantes ácidos sin guía o el retinol diario en pieles no adaptadas”. Las consecuencias van desde quemaduras químicas hasta hiperpigmentación.
Una advertencia que también lanza Marlene Aznar Falces, responsable nacional de formación en Patyka: “Estamos viendo exfoliaciones con café, limón o baking soda que pueden causar microheridas, irritación e incluso quemaduras. Y lo mismo con los peelings químicos caseros o el ‘slugging’ descontrolado”.
El problema de que una niña use retinoides
Quizá la tendencia más preocupante es la que parece más inocente: niñas y preadolescentes imitando rutinas de adultos con hasta 10 productos.
Noelia Martín, bioquímica en Iroha Nature, alerta sobre este fenómeno: “Niñas de 7 a 13 años están replicando rutinas con AHA, BHA y retinoides sin supervisión. Sus barreras cutáneas son más delgadas y vulnerables. Esto puede provocar inflamación y sensibilización crónica”.
“Simplemente no tienen edad, y por ende, su piel tampoco” añade por su parte Alberto Fernández, fundador de Change. Cosmetics.
Y nos sorprende con otra tendencia polémica: el afeitado completo del rostro. “El vello es una protección natural. Rasurarlo sin criterio puede dejar la piel más expuesta”.
Cuando mezclar activos es más peligroso que útil
La idea de que “más es mejor” ha hecho que algunos usuarios combinen glicólico, retinol y vitamina C en una misma rutina. ¿Resultado? Caos cutáneo.
“El uso masivo de activos potentes sin conocimiento puede provocar irritación, inflamación crónica e incluso hiperpigmentaciones reactivas” dice Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD. Y recuerda que “las redes tienen un gran poder, pero también una gran responsabilidad”.
¿Cómo saber si una tendencia es segura?
Si una rutina promete eliminar arrugas en tres días, desconfía. Si incluye limón, bicarbonato o alcohol, más aún. Pero ¿cómo podemos distinguir entre una moda inofensiva y una dañina? Raquel González, fundadora de Byoode, lo explica con una pregunta sencilla pero poderosa: “Cuando ves una tendencia, pregúntate: ¿esto respeta la fisiología de mi piel?”. Si la respuesta es no, mejor no arriesgarse.
También recomienda prestar atención a señales de alerta: “Promesas milagrosas, mezclas sin sentido, retos extremos o productos alimentarios fuera de contexto deberían hacernos dudar”.
El papel de los medios (y el del consumidor)
Todos los expertos coinciden en lo mismo: educar es la mejor defensa contra las tendencias virales dañinas.
Desde Abidis creen -con razón- que los medios tienen una función clave: “Divulgar con rigor, contrastar fuentes y dar voz a profesionales cualificados. También es importante enseñar a interpretar ingredientes y promover la educación cosmética”.
Noelia Martín lo complementa: “El algoritmo premia lo impactante, no lo veraz. Por eso hay que fomentar el pensamiento crítico, desmontar mitos y enseñar a leer un INCI”.
En resumen: la piel no es un experimento
Si te escuece, no es buena señal. Si te lo ha dicho un influencer que ayer hacía vídeos de recetas y hoy recomienda retinol, tampoco. Y si la tendencia implica quemarte, rasparte, o alterar la barrera de tu piel sin supervisión, huye.
Una rutina sencilla, respetuosa y basada en evidencia funciona mucho mejor (y más tiempo) que cualquier reto viral. Como dice Alberto Fernández, “si te parece raro, mejor no lo hagas”.










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