Cómo usar correctamente la mascarilla nocturna

Mascarilla Cara Noche
mascarilla facial por la noche

Mientras dormimos, la piel activa sus mecanismos de reparación celular. Es durante la noche cuando se acelera la renovación y se produce una mayor pérdida de agua transepidérmica, lo que la hace más receptiva a los tratamientos que la nutren en profundidad.

“Por eso es tan importante aplicar mascarillas leave-in antes de acostarse: refuerzan la función barrera y retienen la hidratación mientras descansamos”, explica Nuria Aluart, beauty expert y fundadora de Mumona.com.

¿Qué diferencia a una mascarilla nocturna de una tradicional?

A diferencia de las mascarillas que se retiran tras unos minutos, las nocturnas se dejan actuar durante todo el sueño. Su fórmula combina humectantes, emolientes y activos regeneradores que se funden con la piel sin manchar la almohada.

“Durante el descanso, los activos trabajan en sincronía con los procesos naturales de reparación celular, logrando que por la mañana la piel se despierte más tersa, nutrida y visiblemente revitalizada”, añade Aluart.

¿Qué ingredientes deben buscarse?

El ácido hialurónico es el clásico entre los hidratantes, pero no está solo. Ingredientes como la urea, el pantenol o la glicerina actúan de forma sinérgica para retener la humedad.

“La urea no solo hidrata, también exfolia suavemente, lo que mejora la textura y favorece la renovación celular”, recuerda Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8.

Este equilibrio de fases ayuda a reparar las pieles secas o deshidratadas, restaurando su suavidad y elasticidad mientras dormimos.

¿Cada cuánto conviene usar una mascarilla nocturna?

Dependerá del tipo de piel y del producto, pero los expertos coinciden en que dos o tres veces por semana suele ser suficiente. “El exceso puede saturar la piel o generar brillos innecesarios al día siguiente. Mejor poca cantidad, bien extendida y dejar que actúe toda la noche”, aconseja Aluart.

Además, es fundamental no olvidar el cuello y el escote, ya que también sufren los efectos del frío, la calefacción o la pérdida de agua.

¿Cómo potenciar sus efectos?

Un ritual sencillo marca la diferencia: limpieza suave, sérum hidratante y capa fina de mascarilla antes de dormir. Si se aplica tras una bruma o esencia, se maximiza la penetración de los activos. “Pequeños gestos, como dormir con una funda de almohada limpia o mantener la habitación a buena temperatura, ayudan a potenciar los resultados”, apunta Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD.

Tip final: Aplícala sobre la piel húmeda, deja actuar toda la noche y, al despertar, elimina los restos con agua tibia antes de aplicar tu protector solar. Dormir bien es belleza; dormir bien con una mascarilla nocturna es, además, reparación celular asegurada.

Cómo usar y elegir la mejor mascarilla facial hidratante