5 consejos para preparar la piel antes de la exposición solar

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El sol, tan beneficioso y dañino a la vez. Imprescindible para sintetizar la vitamina D que nuestro cuerpo necesita, para mejorar nuestro sistema inmunológico e incidir positivamente en nuestro estado de ánimo, pero perjudicial en exceso.

Yvette Pons, facialista con más de 30 años de experiencia en el sector de la estética y la salud, propietaria de Institut Yvette Pons y creadora de la terapia Facial SULYFTH®, nos habla de los efectos del sol y nos da sus consejos para preparar la piel antes de la exposición solar.

¿Cuáles son los efectos nocivos del sol en nuestra piel?

Fotoenvejecimiento: envejecimiento prematuro por un exceso de sol sin protección.

• A causa del fotoenvejecimiento los tejidos conectivos de la piel pierden su acción, por lo que se reduce la tersura y elasticidad de la piel.

• Perdida de densidad, por lo que hay más predisposición a las arrugas profundas.

• Aparición de venitas de color rojo intenso en las mejillas, nariz y ojeras.

• Se produce una aparición temprana de manchas de color marrón claro, de diferentes tamaños y formas en el cuerpo, envejeciendo el rostro y perdiendo luminosidad y uniformidad. Así como manchas blancas en brazos y piernas.

• El efecto más nocivo de todos: el cáncer de piel.

Preparar la piel para el sol

Limpiar

La piel, el mayor órgano de nuestro cuerpo, funciona como una barrera para protegernos de las agresiones externas. Antes de la llegada del verano, es importante que nuestra piel y su pH estén lo más equilibrados
posible para poder protegernos con efectividad ante la exposición solar, la deshidratación y las quemaduras. Por ello, es muy importante seguir una rutina de limpieza mañana y noche con productos que respeten y no desequilibren el pH natural de la piel.

Exfoliar

La exfoliación nos permite realizar una limpieza profunda de la epidermis, liberándola de las células muertas, al mismo tiempo que activamos la circulación y la oxigenamos para preparar la piel antes de recibir el sol por primera vez. De esta forma, no incentiváremos tanto la producción de radicales libres, prevendremos el envejecimiento cutáneo, conseguiremos un bronceado más duradero y que la piel no se descame con tanta facilidad.

Hidratar

El sol nos deshidrata profundamente, por lo que debemos mantenernos hidratados/as por dentro y por fuera. ¿Cómo? Bebiendo más agua, de 1,5 a 2 litros al día, para mantener nuestras reservas a nivel fisiológico más elevadas. Además, el agua aporta turgencia a la piel y desintoxica el organismo. A nivel tópico, debemos aplicar productos hidratantes, para mantener nuestras reservas de hidratación naturales, así como para protegerla. Las cremas hidratantes nos ayudarán a crear una barrera protectora en la piel para evitar la pérdida de humedad, la sequedad e incluso la descamación.

Alimentación

La alimentación es esencial para todas nuestras funciones corporales, para combatir enfermedades y preservar la salud. De este modo, también juega un papel fundamental para la piel.

Un mes, o mes y medio antes de la exposición solar, es recomendable seguir una dieta rica en betacarotenos, por su alto aporte en Vitamina A. Los betacarotenos están presentes en frutas y verduras de color naranja y verde como: espinacas, calabaza, zanahoria, calabacín, melón, melocotón o albaricoque. Son un gran antioxidante, que evita la producción de radicales libres provocados por el exceso de sol. Al mismo tiempo que protegen los melanocitos de la piel para que no se queme con tanta facilidad y potencia el bronceado.

Empezar a tomar el sol de forma paulatina

Durante el invierno nuestra piel no ha estado expuesta al sol, por lo que, después de tantos meses, es importante acostumbrarla a dicha exposición. Por ello, te aconsejo que empieces a tomar el sol de forma paulatina, por ejemplo, con 10 minutos diarios e ir aumentando poco a poco. Así no perjudicaremos la oxidación celular y prevendremos el envejecimiento prematuro.

Proteger la piel del sol

Con la llegada del buen tiempo y la exposición solar prolongada, debemos proteger nuestra piel con productos solares de calidad. Así como evitar la exposición solar entre las 12 y las 4 del mediodía, cuando los rayos son aún más nocivos.

¿Cómo debe ser un buen protector solar?

Un buen protector solar debe proteger contra los UVA, los UVB, los infrarrojos y la luz azul. El factor de protección nos indica el tiempo de protección de dicho producto. Para calcularlo debemos multiplicar el factor por 10 minutos. Por ejemplo: 25×10=250 minutos o 50×10= 500 minutos.

¿Quién debe proteger su piel?

Todas las personas debemos proteger nuestra piel si vamos a tomar el sol de forma prolongada. Aun así, las personas sin problemas en la piel pueden disfrutar de 10 minutos de exposición solar sin protección para aprovechar todos sus beneficios, ya que nuestra piel presenta un factor natural de protección gracias a los melanocitos. Por contra, si tenemos manchas en la piel, debemos protegernos siempre y reaplicar el producto cada 2 horas, independientemente de los minutos de duración de cada fotoprotector.