La marca tinerfeña Flor y Amor, dedicada a la cosmética botánica en pequeñas producciones, continúa ampliando su propuesta para profesionales del bienestar y consumidores que buscan rutinas de cuidado de la piel más conscientes. Tras su reciente reconocimiento en los Clever Skincare Awards 2024, donde dos de sus productos —el limpiador facial y el aceite facial— destacaron por su formulación y resultados, la firma presenta ahora una crema facial diseñada tanto para uso profesional en cabina como para el cuidado diario en casa.
Una marca basada en formulaciones botánicas y protocolos profesionales
Desde sus inicios en Tenerife, Flor y Amor ha desarrollado un enfoque de trabajo basado en ingredientes botánicos, principios de aromaterapia y una estrecha colaboración con especialistas en estética. Su línea TRINITAS BOTANICA, concebida como un ritual completo de seis pasos, se ha convertido en el núcleo de la filosofía de la marca. Esta metodología combina doble limpieza, mascarilla, bruma hidratante, aceite facial y ahora una crema diseñada para cerrar el tratamiento con una acción nutritiva y protectora.
A diferencia de otras marcas que formulan productos exclusivamente para el consumidor final, Flor y Amor se ha apoyado en el conocimiento de esteticistas y terapeutas españoles para adaptar texturas, aromas y técnicas de aplicación a las necesidades reales de los centros de estética y spas. Este intercambio constante ha permitido que sus productos encajen de manera natural en protocolos profesionales, manteniendo una coherencia sensorial que se busca también en el uso doméstico.
Una crema pensada para la práctica profesional
La nueva crema facial se incorpora como el paso final del ritual, con una formulación que persigue equilibrar hidratación, nutrición y sensorialidad. Su objetivo no es solo ofrecer resultados visibles inmediatos —algo que caracteriza a la gama— sino favorecer una experiencia que complemente el trabajo manual del profesional. La textura, la rapidez de absorción y la compatibilidad con maniobras faciales fueron elementos clave durante su desarrollo.
La disponibilidad de la crema en distintos formatos (15 ml y 30 ml para venta al público, y 100 ml en versión profesional) responde a las necesidades diferenciadas de ambos contextos. Los envases para venta al por menor permiten que el cliente final continúe en casa el ritual iniciado en cabina, reforzando la coherencia de resultados. Por su parte, el formato profesional y de mayor capacidad facilita su integración en tratamientos repetidos, garantizando que el producto se utilice de forma eficiente durante las sesiones de spa o estética.
El papel del ritual TRINITAS BOTANICA en la filosofía de la marca
El ritual de seis pasos que da estructura a esta línea refleja la intención de la marca de ir más allá de un simple catálogo de productos. La idea es que cada paso prepare la piel para el siguiente mediante formulaciones compatibles entre sí, algo especialmente valorado en entornos profesionales donde se busca consistencia, seguridad y resultados visibles.
La doble limpieza inicial actúa como base del tratamiento; la mascarilla y la bruma hidratan y equilibran; el aceite facial aporta una fase sensorial intensa que favorece las maniobras más técnicas; y la nueva crema sella el proceso al ofrecer una barrera nutritiva final. Esta secuencia pretende no solo cuidar la piel, sino también crear una experiencia estructurada que pueda ser replicada por el profesional y que el cliente pueda mantener en su rutina diaria.
Un producto para diferenciar centros y reforzar tratamientos
La marca ha señalado que su intención es ofrecer herramientas que ayuden a los centros de estética a diferenciarse mediante experiencias propias, personalizables y coherentes. En ese sentido, la nueva crema se incorpora como un elemento más dentro de un enfoque holístico que combina producto, sensorialidad, técnica y continuidad del cuidado en casa.
Con esta incorporación, Flor y Amor refuerza su posición dentro del sector de la cosmética natural con enfoque profesional, apostando por pequeñas producciones, un trato cercano con especialistas y la búsqueda constante de formulaciones botánicas sostenibles.
