El suelo pélvico, ese conjunto de músculos y tejidos que despiertan curiosidad y, a menudo, interrogantes. Para arrojar luz sobre este tema crucial, nos sentamos con Carolina Walker, una respetada fisioterapeuta del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. Con su profundo conocimiento y experiencia en el campo, Carolina nos guía a través de los intrincados matices del suelo pélvico y nos brinda una perspectiva esclarecedora sobre su envejecimiento, el impacto del parto y los ejercicios que pueden mantenerlo en buena forma.
Carolina Walker es una fisioterapeuta destacada en el Servicio de Ginecología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. Con experiencia en el cuidado del suelo pélvico, su enfoque se centra en la rehabilitación postparto y la prevención de disfunciones pélvicas.Con una visión integral de la salud pélvica, Carolina Walker es una profesional comprometida con el bienestar de sus pacientes.
¿Qué le ocurre al suelo pélvico a medida que envejecemos?
El suelo pélvico al ser un conjunto de músculos y tejido conjuntivo que a medida que envejecemos va a estar expuesto a los mismos procesos de envejecimiento que ocurren en el resto de los músculos del cuerpo; es decir, se va a producir una atrofia muscular, una reducción de la flexibilidad y una pérdida de fuerza.
Todo ello puede influir negativamente en los mecanismos de continencia y por eso siempre es recomendable realizar ejercicios específicos de suelo pélvico a medida que avanza la edad ya que necesitamos mantenerlos en las mejores condiciones posibles para garantizar sus funciones.
Y, ¿cuando parimos?
El parto es el principal factor de riesgo de las disfunciones de suelo pélvico, fundamentalmente por las lesiones directas, tanto de rotura muscular, distensión por tracción o por compresión, que se pueden producir. Evidentemente será mucho más de riesgo un parto donde se haya tenido que utilizar un instrumental, como por ejemplo un fórceps. Pero también hay que considerar que la propia salida del bebé provoca una presión y una distensión tan fuerte que siempre va a generar cambios.
No obstante, estos cambios no siempre tienen por qué provocar síntomas o disfunciones, pero sí que generan un área más vulnerable. Por esta razón es muy importante siempre realizar una buena rehabilitación postparto, independientemente del tipo de parto que se haya tenido.
El parto es como un episodio agudo de múltiples esguince. Si esto ocurriera en la articulación del tobillo o la rodilla todo el mundo entendería que se necesita realizar fisioterapia, pues después de un parto, con más razón.
¿Por qué hay que hacer ejercicios de suelo pélvico?
Porque es la única manera de activar tanto los músculos de suelo pélvico como las áreas del cerebro implicadas en los procesos de continencia, de soporte de órganos pélvicos y de dolor pélvico, que a día de hoy sabemos que son igual o incluso más importantes que los músculos.
¿Con qué frecuencia hay que hacerlos?
Depende de la disfunción de suelo pélvico que se presente: puede ser diario, o cada dos días. Incluso puede ser mejor integrarlo en actividades cotidianas y no realizar una actividad extra. Dependerá de la evaluación clínica del profesional.
¿Cuáles son los ejercicios más beneficiosos?
La “evidencia científica actual” señala que los ejercicios más efectivos para el suelo pélvico son aquellos en los que se involucra conscientemente la contracción de estos músculos de manera voluntaria. En otras palabras, se enfoca en que los ejercicios que no tienen un componente directo de activación del suelo pélvico no han demostrado ser efectivos en tratar las disfunciones del suelo pélvico.
Por ejemplo, los ejercicios como los hipopresivos pueden no resultar beneficiosos si no se realiza simultáneamente una contracción consciente de los músculos del suelo pélvico, así como ejercicios abdominales que también necesitan incluir esta contracción voluntaria del suelo pélvico para ser realmente efectivos en el tratamiento de estas disfunciones.
En resumen, la clave está en la activación directa y voluntaria del suelo pélvico para lograr resultados positivos en su salud y funcionamiento.
En muchos casos vemos pacientes que nos dicen que llevan años haciendo estos ejercicios y siguen con problemas de suelo pélvico. Evidentemente hay algo que no se está haciendo bien y por eso es importante que el profesional que atienda a una paciente con problemas de suelo pélvico conozca qué ejercicios son los más adecuados.
¿A partir de qué edad hay que empezar a hacerlos?
No existe una edad para comenzar con los ejercicios. Lo ideal sería que existiera una educación desde niños, de ciertos hábitos en relación a la micción y a la defecación que nos protegen y nos ayudan a que el sistema funcione correctamente. Y si somos capaces de interiorizar la actividad del suelo pélvico frente a esfuerzos será suficiente para mantener una buena salud pélvica y no necesitamos realizar una tabla de ejercicios de suelo pélvico diarios.
Después, cuando hay una gestación o nos encontramos en el periodo postparto si es imprescindible una buena valoración por un especialista y una correcta rehabilitación. Por supuesto, también en el caso de que se presenten problemas como incontinencias, prolapsos (descenso de órganos), dolor en las relaciones sexuales o dolor pélvico en general…
¿Existe el equivalente en hombres?
En hombres son varios los problemas que pueden presentarse en suelo pélvico, por un lado los problemas de incontinencia tras cirugías de próstata, dolor por neuropatías, infecciones, lesiones, etc. En algunos casos la fisioterapia puede ayudar en situaciones de disfunción eréctil.
Al igual que en la mujer se requiere una buena evaluación clínica para conocer el diagnóstico y las técnicas más apropiadas de tratamiento.
En cualquier caso, tanto en el hombre como en la mujer, el ejercicio va a ser nuestra primera línea de tratamiento al que, además, podrán sumarse otras técnicas.
¿Existen herramientas que nos ayuden con estos ejercicios?
Un simple espejo ya es una buena herramienta que ayuda a realizar correctamente los ejercicios de suelo pélvico. El problema es que en general se piensa que los ejercicios que usamos en el tratamiento o prevención de los problemas de suelo pélvico solo implican la contracción de suelo pélvico, ya sea sentada, tumbada o con una bola china o usando un vibrador, etc… y es un error muy grande porque el ejercicio debe involucrar a cadenas musculares, debe realizarse en movimiento, con desequilibrio, debe de tener como prioridad reeducar al sistema nervioso para que aprenda a automatizar gestos, esfuerzos o funciones de manera correcta y sin riesgos.
Es decir, no solo es importante el suelo pélvico porque nuestro cuerpo funciona de forma global; por ejemplo, para poder agarrar algo con la mano, necesito que haya una coordinación con el codo, el hombro y la columna. Sin esa coordinación que garantiza el sistema nervioso sería imposible la función de llevarme una cuchara a la boca.
El suelo pélvico necesita coordinarse con la musculatura abdominal y torácica para que haya un funcionamiento óptimo. Para esto no existen juguetes o dispositivos, hay profesionales especializados que evalúan, supervisan y controlan los ejercicios que se deben hacer en función de la situación que se plantea.
La forma y la posición de tus huesos faciales, tu musculatura, la distribución de tus tejidos grasos o tu vascularización
determinan la estructura de tu rostro. Y también qué signos de la edad incidirán más sobre él.
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