En los últimos meses se ha observado un aumento en los casos de pieles con rojeces, sequedad, con brotes, que se calientan… Las expertas lo llaman “piel enfadada”. Pero, ¿por qué ocurre y cómo podemos solucionarlo? Sigue leyendo, te lo contamos.
¿Alguna vez te has puesto un producto cosmético y has notado cómo tu piel se ha puesto roja inmediato? ¿Se te activan las mejillas con el cambio de temperatura? ¿Te pones nerviosa y tu piel no sabe ocultarlo? Tranquila, no estás sola. Tal y como dice Catalina Narváez, directora de educación de Aromatherapy Associates: “Las pieles son fieles testigos de las emociones que tenemos en nuestro interior y, ahora, estas emociones están muy alteradas”. La continua incertidumbre en la que vivimos desde hace casi un año, sumada a posibles afecciones que pudiéramos ya tener, está provocando un gran aumento en los casos de hipersensibilidad de la piel, a lo que los especialistas de forma coloquial llaman “pieles enfadadas”: “Vemos muchísimos más casos de pieles alteradas, con un mayor volumen de rojeces que responden a una hipersensibilidad causada, en muchísimos de ellos, por una alteración en la función barrera que protege nuestra piel”, añade Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
¿En qué consiste el enfado de la piel?
El enfado es la reacción automática que presenta la piel, volviéndose sensible y roja. “Hay gente que sufre afecciones como son los eccemas o la dermatitis o, simplemente, tienen fases de hipersensibilidad, esto está influenciado por los productos que utilizamos, la alimentación que seguimos y, en gran medida, por nuestro estado de ánimo. Si pasamos por una fase de estrés o tristeza, es habitual que nuestra piel lo somatice de varias formas: procesos acneicos, rojeces y escozor, etc”, explica Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8, además añade que: “Ocurre porque los cambios de ánimo afectan a la piel de muchas maneras. A veces, con cascadas de envejecimiento, otras, debilitando la barrera hidrolipídica. La piel se enfada como lo hace nuestra mente y responde con reacciones que se deben a dicho deblitamiento”.
Causas principales de la piel enfadada
“Se debe fundamentalmente a cuatro causas: principios para los que nuestra piel no está preparada o un abuso de activos demasiado potentes, como los hidroxiácidos; situaciones de estrés o malestar físico y mental; una inadecuada alimentación; y el propio uso de la mascarilla, cuyo roce continuado y la falta de transpiración alteran el equilibrio natural de la piel”, explica Valeria Navarro, directora técnica de Boutijour.
Un pico de tensión emocional o una hidratación incorrecta pueden generar irregularidades en nuestra piel. “Imaginemos una malla que tiene ciertas aberturas por las que se escapara una sustancia. Esa barrera hidrolipídica de la piel sería esa malla, que se ve comprometida por diferentes causas y hace que perdamos hidratación y la piel esté hipersensible. En ocasiones, se debe incluso a una falta de exfoliación, que produce un tejido irregular y desequilibrado”, concluye Navarro.
Soluciones
“Será esencial aplicar, en un inicio, principios calmantes, como la niacinamida la centella asiática o el cannabidiol. Si queremos tratar con exfoliantes, deberán ser poco agresivos, con ingredientes como la gluconolocatona, un polihidroxiácido que mejora los niveles de hidratación de la piel al tiempo que la limpia y elimina las células muertas. Será fundamental aportarle a la piel humedad con ácido hialurónico y también aconsejamos introducir productos de base oleosa o con ceramidas, que ayudarán a restaurar la barrera de la piel, haciendo que esa humedad aportada no se pierda. Otro principio muy interesante es la teprenona, que ayuda a mejorar la circulación y fortalece los capilares de la piel, evitando que ésta brote”, explica Raquel González, directora de educación de Perricone MD.
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