Si relacionamos “profesional de la estética” y “piel”, inmediatamente se nos ocurre su nombre. Cristina Galmiche se ha especializado en el tratamiento, concretamente, de las pieles más conflictivas: sensibles, con acné, con dermatitis…
Su interés por contribuir al bienestar físico y emocional de las personas que sufren estos problemas, en muchas ocasiones patologías severas y crónicas, empezó como un asunto personal. Esa capacidad de empatía fue, quizá, lo que motivó el desarrollo de un método de trabajo distinguido por el cuidado minucioso y el mimo; el método por el que todos la conocen hoy.
Entrevista Cristina Galmiche
Pregunta- Cristina, las primeras preguntas, para conocer un poco tu historia, son obligadas. ¿Cuándo empezó tu interés por la belleza?
Respuesta- La belleza y la estética me gustan desde que tengo uso de razón. En mi infancia en Jaén ya hacia “experimentos” con mis vecinas y compañeras de clase. Si bien empecé a barajar seriamente dedicarme a este mundo después de haber tenido problemas severos de acné en mi adolescencia. Por aquel entonces, el mercado no ofrecía soluciones y lo pasé mal. En ese momento tuve claro que quería ayudar a mejorar la piel y el bienestar emocional de las personas que habían vivido el acné como yo lo viví.
Creo que me incliné por estudiar estética, entre otros motivos, porque perseguía encontrar un modo de tratar esta patología que, sin ser grave, invalida a muchas personas en su vida diaria.
P.- Y, ¿cuándo empezaste a formarte?
R.- A mi regreso de Suecia, después de casi una década en este país, decido formarme profesionalmente como esteticista. De eso hace más de 30 años, y puedo decir que no ha habido ni un solo día en el que no haya aprendido algo valioso de un mundo como el de la estética, que está en continuo cambio.
P.- Creo que estudiaste en la escuela de Madrid de Jean d’Estrées. ¿Qué aprendiste, tanto académica como personalmente?
R.- En Jean d’Estrées encontré la figura del gran maestro y aprendí la importancia de aspirar siempre a la excelencia en el trabajo como esteticista y en todos los aspectos necesarios para crear un gran salón de belleza. Me enseñó a ser meticulosa y a tratar la piel con respeto y mimo, a hablar su lenguaje. Creo que el origen de mi método está en aquellas enseñanzas. Entre su herencia también conservo mi amor por la higiene estricta y por una buena presencia, tanto del espacio como de las esteticistas. La imagen de mis centros destila esta necesidad de que todo esté en armonía y absolutamente impecable.
P.- ¿Cómo te especializaste en el cuidado de la piel?
R.- Como esteticista me especialicé con la práctica diaria en tratar y normalizar las pieles acneicas sin agresiones, evitando tratamientos que pudiesen alterar el equilibrio del manto hidrolipídico, deshidratándolo y sensibilizándolo aún más. Buscaba un método que fuera capaz de controlar el problema del exceso de grasa y las infecciones derivadas del acné sin dañar la piel.
P.- Según creo, pasó poco tiempo entre que abriste tu primer centro, en Alcalá de Henares, y el segundo, en el centro de Madrid. ¿Cómo triunfaste tan rápido? ¿Cuáles crees que son los ingredientes que han hecho que tu centro y tu marca tengan tanto éxito?
R.- Abrí mi primer centro en Alcalá de Henares en 1992, y el segundo, en la calle Ibiza de Madrid, en 2012. La alta demanda nos llevó a inaugurar un espacio mayor en la Calle Núñez de Balboa en 2019 y este pasado verano, otro en Málaga.
No creo que podamos hablar de un triunfo inmediato. Hasta llegar aquí hay muchos años de trabajo y un método de cuidado y tratamiento de la piel que ha conseguido una alta fidelización por parte de los clientes, quienes, con su boca a boca, han sido claves para posicionar mis centros de belleza donde están hoy.
“Hace más de 30 años que empecé a formarme como esteticista, y no ha habido un solo día en el que no haya aprendido algo valioso del mundo de la estética, que está en continuo cambio”
¿Los ingredientes de mi éxito? Como decía: trabajo, trabajo y trabajo. Después, y determinante, el tratamiento exclusivo de las pieles sensibilizadas y con acné gracias a mi Método, cuyo pilar esencial es la Oxigenación Artesanal, una higiene profunda que limpia y desbloquea los poros con una extración manual y 100 % segura.
Además, la formulación de mi propia línea cosmética, la introducción de la aparatología más innovadora y eficaz, la formación y reciclaje constante del equipo de esteticistas y, en los últimos años –coincidiendo con la pandemia y los efectos derivados del uso de la mascarilla– la implantación del Método en otros 8 exclusivos centros en España interesados en una solución frente al acné y otras problemáticas. Todo ello ha contribuido enormemente a que la marca Cristina Galmiche se haya consolidado en el ámbito profesional.
P.- Pones mucho énfasis en la oxigenación de la piel. ¿Qué es exactamente oxigenar la piel?
R.- La Oxigenación Artesanal es un traje a medida que se adapta a las necesidades de cada piel, aportando los activos básicos para alcanzar la belleza sostenible del tejido y su bienestar dermatológico. De hecho, partiendo de unos pasos esenciales (desmaquillado, masaje, electrodos de alta frecuencia, exposición al vapor de ozono y extracción), cada rostro recibe los principios activos que más le convienen para lucir tersa, luminosa y sana. El bienestar dermatológico está garantizado [ver recuadro].
“La destreza técnica que supone un trabajo así [una extracción manual poro por poro, que no agreda ni deje marcas] es muy exigente y requiere una esteticista altamente cualificada”.
En cabina, lo que ofrecemos con esta oxigenación es una limpieza de toda la vida, pero poniendo especial atención en la extracción manual, que se realiza drenando con cuidado cada poro, sin agredir ni dejar marcas. La destreza técnica que supone un trabajo así es muy exigente y requiere una esteticista altamente cualificada.
Hay que saber diferenciar entre una higiene basada en una extracción artesanal –cuya minuciosidad drena poro a poro las impurezas y secreción sebácea del cliente– o una limpieza vaga, que promete despejar la piel de residuos de una forma externa –un buen ejemplo son las limpiezas con punta de diamante–. La verdadera esencia de un protocolo en cabina de Cristina Galmiche es la paciencia y exigencia del profesional, que garantice un saneamiento progresivo, sostenible y respetuoso de la piel sin agredir químicamente ni comprometer su salud.
Una oxigenación para cada rostro
De cara a garantizar el bienestar para cada tipo de piel, en función de sus necesidades, en Cristina Galmiche disponen de cinco variantes de su famosa oxigenación. La Artesanal, nos explica la propia Galmiche, “está indicada para todo tipo de cutis y es el paso inicial para lucir una piel saludable”. Balance + es un tratamiento activo contra el acné y la sensibilidad cutánea.
“Expert –continúa la esteticista–, combinada con microcorrientes, regenera en profundidad y devuelve a la piel un aspecto ‘piel de porcelana’. Oceánica aúna activos marinos biológicos y masaje con efecto lifting para combatir flacidez y arrugas, además de modelar y reposicionar la arquitectura del rostro. Por último, está Dermowhite, cuyo efecto ‘goma de borrar’ unifica el tono de la piel, difuminando manchas y marcas, disminuye el tamaño de los poros y mejora el aspecto de las pieles fatigadas, sin luminosidad, cetrinas y envejecidas”.
Actualmente existen en el mercado muchos protocolos de higiene facial que omiten la importancia que tiene una extracción minuciosa, recurriendo a fórmulas como las ya mencionadas con punta de diamante o el peeling químico para tratar la piel con acné. El problema de estos tratamientos es que solo tratan superficialmente el tejido que, tras un tiempo, vuelve a tener los mismos problemas. Si quemamos la superficie cutánea no estamos solucionando problemas sino retrasándolos, porque la piel sigue acumulando bacterias y secretando sebo; esto solo se ataja trabajando en profundidad con un protocolo como el nuestro.
P.- Cuando combináis las oxigenaciones manuales con aparatología, ¿qué tipos de aparatología dan mejores resultados?
R.- La Oxigenación Artesanal del Método Cristina Galmiche es un protocolo donde las manos diestras y bien entrenadas son la esencia indiscutible, pero en algunos casos se complementa con la tecnología de vanguardia más adecuada a cada tipo de piel para completar el tratamiento y alcanzar los mejores resultados desde la primera sesión.
Antes de la extracción y drenaje manual, realizada con absoluta suavidad y seguridad para no dañar el tejido cutáneo, uno de los pasos básicos es el uso de electrodos de alta frecuencia, que se aplican directamente sobre la epidermis con el fin de desinfectar y estimular la microcirculación sanguínea. Prácticamente indoloros (se puede sentir un leve cosquilleo), son el instrumento perfecto para acondicionar la piel para la extracción.
Después de las maniobras propias del protocolo manual que forman parte de la oxigenación –limpieza, masaje, vapor de ozono, mascarilla específica y aplicación de un cóctel de activos–; en Cristina Galmiche nos apoyamos en la tecnología que nos va a permitir controlar la grasa, reducir marcas, rojeces y cicatrices en el caso del acné o minimizar manchas y arrugas o realizar un rejuvenecimiento integral.
Me gustaría insistir en otro aspecto que para mí es esencial: cada rostro requiere una atención personalizada y, si deseamos alcanzar unos resultados duraderos en el tiempo, el tratamiento en cabina necesita ir acompañado de un buen ritual de cuidado diario. Mi máxima es que un 50 % de los resultados se consiguen con la oxigenación que se realiza en cabina y el otro 50 % consiste en nuestra rutina de limpieza en casa.
“Es un error muy común utilizar cosméticos excesivamente agresivos para determinadas pieles, que terminan por sensibilizarlas. Por ejemplo, los ácidos como el retinol y sus derivados”
P.- Hay condiciones de la piel que son crónicas, por ejemplo, la dermatitis atópica. ¿Cómo tratas estos casos graves y recurrentes?
R.- Tratar las pieles frágiles, sensibles y problemáticas, sea por la causa que sea, pasa siempre por reequilibrar el manto hidrolipídico, por aportarle activos que no agredan y ayuden a reestablecer el bienestar dermatológico. El secreto está en regenerar el tejido desde el interior. De ahí que nuestro método no solo se apoye en realizar una oxigenación de la piel poro a poro, sino que lo combinemos con activos cosméticos sostenibles para la piel, cuyo objetivo es alcanzar el bienestar dermatológico sea cual sea el problema que afecta a cada rostro.
P.- En general, ¿cuidamos regular, mal o muy mal nuestra piel? Por experiencia, ¿qué es lo que, en general, hacemos mal y en qué nos quedamos cortos?
R.- Creo que, en los últimos años, la cultura de la belleza y los cuidados cosméticos se ha democratizado y cada vez se le presta más atención a la piel; desde el uso de la fotoprotección al de los cosméticos, tanto faciales como corporales. Lo que no quita que no se cometan errores, generalmente por desconocimiento o por dejarse guiar por los consejos de amigas o modas.
Creo que los errores más frecuentes se centran en utilizar mal los cosméticos. ¿Por ejemplo? Los ácidos como el retinol y sus derivados. Es un error muy común utilizar cosméticos excesivamente agresivos para determinadas pieles, que terminan por sensibilizarlas. Esto ocurre con frecuencia cuando se buscan tratamientos milagro para problemas como el acné. O utilizar agua del grifo para desmaquillarse, ya que esta contiene micropartículas de cloro, cal, etc. que alteran el pH.
Nos quedamos cortos en no realizar una limpieza adecuada y diaria del cutis, aunque no nos maquillemos. O en prescindir del fotoprotector.
P.- Nos comentaba otra célebre esteticista hace unos meses que no había trabajado mucho los corporales por miedo a perder la delicadeza que requieren unas manos para trabajar faciales. ¿Qué opinas? ¿En tu caso es igual, o tú si que has hecho corporales?
R.- Para mí los cuidados estéticos y cosméticos no son únicamente faciales, también le doy mucha importancia a los corporales, porque los problemas del cuerpo (celulitis, estrías, flacidez, grasa localizada, etc.) son también preocupaciones frecuentes. De hecho, en mis centros no solo realizamos tratamientos corporales y contamos con profesionales especialmente formadas, sino que en breve lanzaremos una línea corporal propia y un protocolo exclusivo.
P.- Ahora mismo tienes tres centros, tu propia línea cosmética, escuela de formación… ¿Algo más? ¿Algún otro proyecto en mente?
R.- ¡Claro! Soy una persona inquieta y me gusta avanzar, como persona y como empresaria, y más ahora que cuento, además de con el apoyo de un gran equipo de profesionales, con la incorporación de mi hijo Christian al proyecto Cristina Galmiche. Además de expandir mi método, en el 2022, como te decía, espero lanzar mi línea de cosmética corporal.
P.- Con tantas cosas, ¿sigues dedicando tiempo a estar en cabina?
R.- No todo el que me gustaría porque, como bien dices, estoy a mil cosas, pero me sigue apasionando entrar en cabina y cuidar de las pieles de mis clientas. Lo que intento hacer siempre con todo el mundo es realizar un diagnóstico previo para prescribir el tratamiento más adecuado y un seguimiento constante una vez iniciado el mismo.
P.- ¿Qué crees que puede aportar a otras profesionales estudiar tu método?
R.- Hay una máxima que me encanta y motiva a diario: “la educación del talento es educación de vida”. Ese fue el regalo que me hicieron mis maestros y el que siento que debo compartir con todos los que amen la estética tanto como yo.
De ahí nació la idea de crear la Escuela de Formación Cristina Galmiche en 2019, con el fin de impartir una enseñanza exclusiva dirigida a los centros de estética y belleza que deseen implantar el Método y la filosofía profesional Cristina Galmiche, no solo para solucionar el acné y los problemas de las pieles sensibles y sensibilizadas, en lo que somos especialistas, sino también para lograr restaurar la salud global de la piel, sean cuales sean sus necesidades. Mi objetivo es alcanzar una belleza sostenible a lo largo del tiempo, lo que denomino el “bienestar dermatológico”.
En la escuela impartimos, además, una formación que potencia la singularidad y rentabilidad de cualquier espacio de belleza.
Con todo ello, aspiramos a dejar un legado a las futuras generaciones de facialistas en España y a consolidar una formación en estética clásica donde el rigor y la excelencia sean los rasgos distintivos.
“Hay una máxima que me encanta y motiva a diario: ‘la educación del talento es educación de vida’”
P.- Como has comentado antes, estuviste 10 años viviendo en Estocolmo. ¿Cuánta importancia le dan allí a la belleza; se acude a la estética profesional?
R.- En los años que estuve allí, la estética y la belleza apenas existían como sector, y no había un hábito de cuidados beauty. Hoy, al igual que en España, la belleza y el cuidado es muy importante, sobre todo el concepto integral de belleza a través del equilibrio general del cuerpo. Porque no solo cuidan su piel con cremas y lociones, sino que también mantienen un equilibrio sano en lo relativo a los alimentos orgánicos, la hidratación y su modo de vida general.
P.- Aquí, muchas veces se ve la estética como un lujo o un capricho. ¿Cómo podemos cambiar esa idea?
R.- Creo que ese concepto ha cambiado mucho en la última década. Cuidar la imagen se ha convertido en una herramienta esencial para conseguir un trabajo, para generar mayor confianza en uno mismo, incluso como elemento para interrelacionarse en las redes sociales. Son muchas las personas que se cuidan por necesidad y bienestar. Sinceramente, creo que estamos avanzando mucho, y más entre las nuevas generaciones.
Test exprés a Cristina Galmiche
Pregunta- Cuando tú eres la clienta, ¿qué eliges?
Respuesta- Elijo un tratamiento cuyos resultados sean tangibles desde la primera sesión, aunque debo reconocer que no soy una clienta fácil porque me cuesta relajarme y siempre estoy más pendiente de lo que se puede mejorar.
P.- Una aparatología que creas que haya revolucionado la estética.
R.– Sin lugar a dudas, el láser, la luz pulsada y la radiofrecuencia.
P.- Los cosméticos que siempre, siempre, siempre irían en tu neceser de viaje.
R.- El trifásico de mi línea cosmética: leche limpiadora, loción calmante y loción equilibrante. Y nunca me falta la crema regeneradora y el protector solar.
P.- Alguna cuenta de belleza para seguir en redes.
R.- Siempre estoy pendiente de qué y cómo comunican mis compañeras en las redes sociales para conocer las novedades de mi sector. Además, me aporta información valiosa sobre lo que el cliente busca y demanda.
P.- ¿Qué te encanta de este sector y qué crees que le falta?
R.- Lo que más me gusta de dedicarme a la belleza es el poder ofrecer ayuda a mis clientes y que es un sector dinámico e innovador. Si tuviese que mencionar un área de mejora, creo que la formación en estética debería ser más exigente para conseguir esteticistas altamente cualificadas desde el primer momento.
P.- Un deseo para lo que queda de año.
R.- Que podamos trabajar con más sosiego y tranquilidad de lo que hemos podido hacerlo desde la llegada de la pandemia de la covid.
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