El dermofacialismo es la última tendencia entre las esteticistas. Un método exclusivo creado por una española afincada en Francia que activa, esculpe y tonifica el rostro intensamente y a largo plazo.
Pensemos en un cóctel que mezcla técnicas manuales de drenaje linfático, activación de la microcirculación sistémica y puntos de acupresión. Se le añaden masajes y técnicas específicas que drenan, oxigenan, desintoxican, corrigen y previenen eficazmente los signos del envejecimiento en el rostro. Y así habremos conseguido el dermofacialismo, la técnica facial que está conquistando a las esteticistas españolas, empezando por la mismísima Carmen Navarro.
El dermofacialismo es una técnica creada en París por la guipuzcoana Victoria Arandia. Este método exclusivo de modelajes dermofaciales estructurales y dinámicos profundos no utiliza aparatología. Únicamente las manos y, si se requiere, herramientas como el gua-sha, rodillos o ventosas.
El dermofacialismo es una práctica profesional de modelaje estructural facial y dinámico profundo. Se trata de una técnica creada en París por la guipuzcoana Victoria Arandia
Licenciada en Químicas, diplomada en Estética y Aromaterapia, maestra cosmetóloga y apasionada de la belleza, Arandia ha creado el dermofacialismo tras 20 años de investigar la piel, la anatomía facial, la fisiología, las estructuras óseas y de los tejidos blandos subyacentes a la piel; y las dinámicas del envejecimiento. “Ese conocimiento me abrió la mente a una nueva percepción de los tratamientos faciales. Empecé a practicar y a probar en mí misma y rápidamente observé cambios significativos en lo que yo creía ser ‘la fatalidad’ del tiempo que pasa”, explica.
Así se gestó el dermofacialismo como práctica profesional del modelaje estructural facial dinámico profundo. “Esta especialización basa su saber hacer y su práctica en el conocimiento de las estructuras anatómicas faciales profundas, así como de las dinámicas fisiológicas de envejecimiento estructural que en ellas se operan”, dice la experta.
Las seroleínas
En su investigación sobre la piel, Arandia encontró otro vacío. “Los productos que encontraba en el mercado no satisfacían las necesidades cambiantes de mi piel, según el medioambiente en el que me encontrase”. Por eso empezó a formular y a preparar sus propios tratamientos personalizados según las necesidades del momento, de la temperatura, del lugar, de la estación del año, etc.
Imágenes cedidas por el Instituto de Dermofacialismo by Victoria Arandia
Así nacieron las Seroleínas, fórmulas magistrales de alto rendimiento cuyo objetivo es mantener el equilibrio óptimo del ecosistema y microbioma de la piel, preservar su luminosidad, así como prevenir y tratar los signos del envejecimiento prematuro.
De este modo, el dermofacialismo se completa con la capacidad de la esteticista para prescribir y adaptar tratamientos cosméticos de belleza personalizados, con la intención de ofrecer un abordaje integral del cuidado de la piel, sea cual sea su tipo o problema.
Un antes y un después
El dermofacialismo está indicado “para todo tipo de personas que deseen prevenir, anticipar y mejorar el aspecto de su piel y de sus estructuras faciales –asegura Arandia–. Como me dijo un día Carmen Navarro, es un antes y un después en la estética, y así lo creo. Esta especialización formaliza esos conocimientos y prácticas que los profesionales de la estética nos pasamos la vida buscando”.
Ante un cliente, el dermofacialista actúa como un coach de belleza permanente. Debe establecer un plan de modelaje según las necesidades que se observen en ese momento. En ese programa se establecen las sesiones necesarias para establecer resultados y mantenerlos en el tiempo. A continuación, se valora lo que se denomina fulldiagnosis, una ponderación de los factores exógenos y endógenos relativos a la situación de la piel del paciente.
Imágenes cedidas por el Instituto de Dermofacialismo by Victoria Arandia
Dónde aprender dermofacialismo
Tras su larga trayectoria en París, Arandia decidió difundir su creación entre los profesionales de la estética de otros países. Decidió comenzar por su España natal, con formaciones reservadas exclusivamente a esteticistas diplomadas.
Las clases son online, una vez por semana, en un total de 50 semanas (Ciclo Fundamental + Ciclo Superior) y un total de 7 días de prácticas dermofacialistas. “Es una formación muy profunda y los conocimientos que se adquieren engloban temáticas específicas sobre las prácticas dinámicas de la especialización de dermofacialista”, explica la creadora de la nueva técnica. Aprender dermofacialismo requiere “determinación, dedicación y tiempo”, para adquirir conocimientos indispensables en la práctica del modelaje y el masaje profundo estructural.
“El dermofacialismo puede aportar muchísimo al negocio de la esteticista y a su crecimiento personal, como profesional de la estética de esta nueva era que nos está trayendo nuevas e importantes tendencias. Con sus nuevos y profundos conocimientos, la dermofacialista encarna el eslabón emergente en este cambio de paradigma, creando una nueva especialización y práctica en el establecimiento de protocolos de tratamientos de belleza facial estructural y dinámica”, concluye su creadora.
Arandia también acaba de fundar el Instituto de Dermofacialismo en su Guipúzcoa natal.
