Son una de las “sagas” familiares más famosas de la estética. Las bases de Estética Lostao, en Zaragoza, las sentó Isabel, la madre, en 1968. Pero no fue hasta casi 40 años después cuando empezó a compartir trabajo, espacio y organización con Ana, la hija, que es hoy la directora del centro.
Isabel y Ana P. Lostao ganaron su experiencia por separado para después aunar fuerzas y crear la marca que todos conocemos hoy. Hablamos con ellas sobre sus inicios y el camino recorrido, les preguntamos cómo se gestiona un negocio de éxito y no podemos evitar sonreír al ver cómo hablan la una de la otra.
Pregunta- ¿Cuándo empezasteis en la estética? ¿Cómo fueron vuestros inicios?
Isabel Lostao- Empecé muy joven, en un momento en el que la mujer no trabajaba. Comencé en la cabina de una peluquería durante unos años. En aquel momento la estética estaba vinculada a la peluquería. No existían los centros de estética como los conocemos hoy. Sí era habitual ir a domicilio, algo que sí que hice en mis inicios. Como me gustaba tanto y necesitaba crecer profesionalmente, mis padres me apoyaron y pude crear mi primer centro e independizarme.
Ana Puelles Lostao- Mi vocación fue tardía, quizás por ver cada día la entrega de mi madre, ¡no sé! Comencé a estudiar estética con 20 años con la condición de no abandonar la carrera de químicas. Mi madre nunca me impuso su trabajo. Pero cuando me metí de lleno descubrí que no quiero hacer otra cosa. Acabé mis estudios y me especialicé en drenaje linfático y en tratamientos posoperatorios. Mi camino al principio estuvo separado del de mi madre, trabajé para otras empresas durante un tiempo e incluso abrí mi propio centro, hasta que estuve preparada para volver a casa…
P.- ¿Cuál es el primer recuerdo que tenéis de empezar a trabajar en esto? Productos, clientes, máquinas…
I.L.- La cera fría. Hoy parece algo obvio y simple, pero en aquel entonces la estética era muy básica y el paso de la cera caliente a las bandas fue muy significativo. Se preparaban a mano antes de cada servicio. Era un trabajo completamente artesanal. Como aparatología más sofisticada compré una lámpara de rayos UVA, fuera de las placas de gimnasia masiva, alta frecuencia e ionización. La evolución de la estética de unos años a esta parte es indiscutible.
A.P.L.- Mi primera clienta, que acababa de hacerse una liposucción y llegó llena de hematomas. Fue muy impactante verlo, pero me enseñó los beneficios de la terapia manual bien trabajada. En aparatología eran tiempos de láser.
P.- ¿Cómo es trabajar con la familia?
I.L.- Entre nosotras hay de todo, pero no quiero tener otra compañera de trabajo que no sea mi hija.
A.P.L.- Pues bueno, tiene sus momentos. Al principio para mí fue duro. Cuando eres muy joven crees que lo sabes todo y hay momentos en los que no sabes separar la parte profesional y la personal, pero cuando todo encaja no hay nada mejor ni más gratificante. Más tarde, cuando llega el relevo generacional, también se viven, o al menos en mi caso, momentos difíciles. Pero, ¿qué relación hay mejor en el mundo que la de una madre y una hija?
“Quizás yo sea más estricta con los protocolos y con el equipo. Ana es más flexible y tiene más capacidad de adaptación”, Isabel.
P.- ¿Qué habéis aprendido de trabajar la una con la otra?
I.L.- No tener miedo a innovar. Su visión más joven del negocio nos ha ayudado a crecer.
A.P.L.- La perseverancia, la lucha constante y el amor hacia el trabajo.
P.- ¿El mejor consejo que habéis recibido la una de la otra?
I.L.- Que diversificar y crecer adquiriendo la ultima tecnología y cosmética iba ser un claro ejemplo diferenciador.
A.P.L.- Que fuera siempre honesta y respetuosa con el cliente.
P.- ¿Cuál es vuestro estilo al liderar una empresa y al tratar con el cliente?
I.L.- Quizás yo sea más estricta con los protocolos y con el equipo. Ana es más flexible y tiene más capacidad de adaptación. A la hora de tratar al cliente tanto nosotras como el equipo tenemos un trato cordial y cercano.
A.P.L.- Somos diferentes: yo soy mas cariñosa y mucho más habladora, también más sentimental.
P.- ¿Cuál diríais que es vuestra especialidad estética?
I.L.- Sin duda, tratamientos faciales.
A.P.L.- Yo me especialicé en los drenajes, más concretamente en posoperatorio. En este momento creo que lo que más me gusta estudiar es cosmetología. Me parece un campo maravilloso e infinito.
“Mi madre es maravillosa. Trabajadora incansable, elegante como no seré yo y apasionada con todo lo que hace”
P.- ¿Cuál es el secreto para tener un salón de éxito durante tanto tiempo?
I.L.- Constancia, esfuerzo y dedicación.
A.P.L.- ¡No lo sé! Pero si tengo que decir algo: el trabajo.
P.- Isabel, ¿cómo describirías a Ana? Y, Ana, ¿cómo describirías a Isabel?
I.L.- Ana es emprendedora, realista y buena comunicadora.
A.P.L.- Mi madre es maravillosa. Trabajadora incansable, elegante como no seré yo y apasionada con todo lo que hace. En el trabajo es más conservadora, también muy exigente.
P.- ¿Algo en lo que no coincidáis y que pueda contarse?
I.L.- Yo cambiaría la decoración y estaría reformando cada día el centro. Ana es más prudente, será porque lleva la economía del negocio y yo con mi edad pienso más en disfrutar.
A.P.L.- Muchísimas cosas. ¡Nos enfadamos a diario! Pero siempre por cosas pequeñas: los uniformes, el color de la pared o cuando me riñe porque como conectada al móvil. Lo bueno es que nos dura 30 segundos y en las decisiones importantes casi siempre estamos de acuerdo. Somos madre e hija…
P.- ¿Cuál era vuestro objetivo o vuestro sueño cuando empezasteis? ¿Diríais que se ha cumplido?
I.L.- Cuando empecé hace 53 años pensaba en ser una mujer independiente y trabajadora, nunca pensé en convertirme en empresaria.
A.P.L.- Creo que nunca soñé que estaría donde estoy, así que mis sueños se han cumplido con creces. Tengo una madre que me guía y me ha transmitido todo lo que sabe y un equipo maravilloso, sin duda el mejor. Fiel, responsable y entregado. No puedo pedir nada más.
P.- ¿Una predicción o lectura para el futuro?, ¿cómo veis el sector?
I.L.- Tal y como he visto avanzar y cambiar la estética en todo este tiempo creo que el crecimiento y la innovación van a ser crecientes. Mi mayor ilusión sería ver a una tercera generación formando parte de nuestro equipo.
A.P.L.- Creo que el crecimiento actual se va a mantener, cada día tenemos más necesidad de cuidarnos y estamos aprendiendo que querernos no es un tabú. ¿Algo que me encantaría? La profesionalización del sector al más alto nivel. Creo que eso sería bueno para el sector y para el usuario final.
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