Cosmética sólida: comprometida y sensorial

Cosmetica Solida

La cosmética sólida un reto para la industria y para el consumidor, porque obliga a cambiar nuestras costumbres, pero nos abre un nuevo horizonte de sensorialidad y, por supuesto, nos permite ejercer una belleza comprometida. La firma francesa Phyt’s se lanza a esta formulación y nos explica por qué (y cómo).

La cosmética sólida está en auge, y las cifras lo respaldan. Según la firma francesa de cosmética orgánica Phyt’s, en 4 años, el mercado mundial de la cosmética sólida ha aumentado en torno a un 50 %. En Europa, se estima que este sector representa el 5 % del total de la industria cosmética. Es decir, se trata de un nicho de mercado que se extiende rápidamente y con un fuerte potencial de desarrollo.

Ante estos datos, que nos hacen pensar que los sólidos son mucho más que una tendencia en el sector para representar, quizá, la cosmética del futuro, Phyt’s se ha lanzado a este tipo de productos yendo un paso más allá, creando una línea fiel a sus principios: con ingredientes de origen 100 % natural, certificada y orgánica. “Nuestras fórmulas galénicas diferencian nuestros cosméticos sólidos del resto de los sólidos que se encuentran actualmente en el mercado”, explica Jérôme Logre, managing director de Phyt’s. Y es que, no lo olvidemos: esta tendencia de consumo es muestra de un cambio social.  

Un desafío para la industria

La cosmética sólida es, claramente, una respuesta a un cambio de mentalidad en la sociedad: para el nuevo consumidor, comprar va ligado a una acción a favor del medioambiente. Este nuevo consumidor quiere comprar sin cargo de conciencia. Una de las razones principales que Jérôme Logre cita para esta innovación en el portfolio de Phyt’s es, precisamente, “poder llegar a un público más joven y cada vez más comprometido con la ecología. Y hacerlo con productos de alta cosmética y precios asequibles”.

Los clientes que utilizan cosméticos sólidos, explica Logre, “tienen un enfoque centrado en el respeto por el medioambiente: quieren menos agua en los productos y menos generación de plásticos”. Eliminar el agua o disminuir de forma importante su utilización es, de hecho, uno de los retos a los que se tiene que enfrentar la industria a la hora de empezar a formular nuevas gamas de sólidos. Otros son encontrar el equilibrio entre las materias primas sólidas y las líquidas para que no haya exudación y, por supuesto, la obligación de utilizar diferentes formas de producción que las que se emplean en la cosmética líquida. También, por ejemplo, se debe integrar un alto porcentaje de ceras para que el producto tenga consistencia sin llegar a ser graso. En definitiva, el objetivo último es ofrecer una fórmula estable, con una buena presentación, y al mismo tiempo con textura y buena sensorialidad, algo que requiere una investigación profundísima. La firma francesa ha dado este paso por los motivos mencionados anteriormente (es una oportunidad de mercado y, además, es fiel a su filosofía) pero también porque cuentan con cinco décadas de experiencia en formulación. Pero no es un cambio sencillo.

“Los cosméticos sólidos siguen siendo sensoriales en su uso. Poseen texturas suaves y, a diferencia de los jabones clásicos, no resecan la piel en absoluto”, indica Jérôme Logre, managing director de Phyt’s

Una nueva forma de consumo

Este salto a los sólidos es un cambio de consumo consciente, que responde a unos valores medioambientales, sociales, políticos o económicos, pero es, también un cambio en nuestras costumbres, desde el concepto hasta la forma de aplicación, y por supuesto una adaptación a una nueva sensorialidad; la de un producto más sólido sobre la piel o que se extiende menos. No obstante, según Logre, “siguen siendo sensoriales en su uso. Poseen texturas suaves y, a diferencia de los jabones clásicos, no resecan la piel en absoluto”.

Por ejemplo, a pesar de que estos productos no tienen fragancias añadidas, sí que tienen aroma, como su Crema Hidratante Sólida, que huele deliciosamente a coco. O su Leche Limpiadora Sólida de rostro y ojos, que se transforma, al contacto con el agua y con la piel, en una leche ligera; y que, a pesar de no hacer espuma, limpia hasta los waterproof, dejando la piel suave y sin grasa. Otro ejemplo: su Limpiador 2 en 1 Sólido de cuerpo y cabello (que es un mismo producto para limpiar el cuerpo y el cabello) no tiene jabón, y sin embargo contiene 3 veces más de materia activa que una fórmula líquida. Y, en este caso, que no tenga jabón no significa que no se transforme en espuma: lo hace, y la suya es suave, cremosa y untuosa, superagradable.

Hay que derruir y abandonar los falsos estereotipos que se asocian a la sensorialidad de la cosmética sólida para darnos cuenta de que una belleza comprometida puede ser igual de placentera. Y la mejor manera de hacerlo, como en casi todo… Es comprobándolo en nuestra propia piel.