La aromaterapia está cada vez más presente en los centros estéticos y médico-estéticos. Más allá de estimular el olfato, uno de los sentidos más poderosos del ser humano, los aceites esenciales son un recurso eficaz y atractivo para tratamientos faciales y corporales, y su apetecible sensorialidad redunda en el bienestar del cliente.
Utilizar aceites esenciales de plantas, frutos, hierbas y flores es una costumbre ancestral por sus beneficios para la salud, tanto físicos como psicológicos. Eso, que conocemos como aromaterapia, está cada vez más presente en las cartas de servicios de los centros de belleza, como coadyuvante esencial de otros tratamientos, por el poder del olfato sobre el estado general del cuerpo –incluyendo la piel– y de la mente, y por sus propiedades terapéuticas intrínsecas.
Hablamos de aceites esenciales de origen vegetal, generalmente naturales y preferentemente de cultivos orgánicos. Estos principios activos de la naturaleza son extraídos “mediante un proceso de destilación al vapor que permite obtener variadas propiedades positivas para nuestro cuerpo, mente y alma”, detalla Daniel Marín, cosmetólogo y director del centro médico estético Santum.
Los beneficios terapéuticos de los aceites esenciales son numerosos. “Tienen propiedades analgésicas, antibióticas, antisépticas, astringentes, sedantes, expectorantes y diuréticas; y ayudan a calmar malestares gastrointestinales, dolor menstrual, los síntomas de la menopausia, e incluso mejorar estados de estrés, trastornos del ánimo y del sueño, problemas circulatorios o infecciones respiratorias”, indica Sophia Villarroel Bernáldez, CEO del centro de belleza The Tox.
A ese listado, la experta añade también beneficios psicológicos, ya que la aromaterapia tiene u efecto calmante que facilita la relajación y la paz mental. Más allá de esos conocidos resultados sobre la relajación, la aromaterapia también puede generar “estados de ánimo beneficiosos como la revitalización, la energía o incluso otros estados emocionales”, añade Ismael Tamayo, director de Experiencias de Hammam Al Ándalus.
Su uso en cabina
Pero cuando toca ponerse manos a la obra, ¿cómo se traslada la aromaterapia a la cabina? La mayor parte de las veces se asocia con tratamientos corporales, pero también los hay faciales. Aunque lo cierto es que la estrella suele ser el masaje relajante. “Usamos la aromaterapia para inducir al cliente a un estado de relajación más profundo, calmando el sistema nervioso y muscular. Esta terapia combina el masaje corporal con aceites esenciales que permiten energizar, descansar y revitalizar el cuerpo. Esto genera una sensación de tranquilidad y bienestar extrema”, apunta la CEO de The Tox, creadora de la firma de aceites del mismo nombre con la que trabaja en su centro.
El aceite actúa en un primer momento por inhalación, provocando ya un efecto de máxima serenidad. “A continuación y tras penetrar en la piel, pasa al torrente sanguíneo, trabajando a mayor profundidad. La aromaterapia potencia así los efectos del masaje, ya que actúa directamente a nivel emocional”, agrega Villarroel. Por ello es muy importante la aplicación del aceite adecuado para cada necesidad y momento.
Porque, por lo general, la selección de uno u otro no es algo predeterminado, sino que se escoge de manera específica para cada cliente y ocasión. “Personalizamos la textura y el aroma de la crema o el aceite que más le gusta a cada persona, cuidando así la experiencia sensorial y generando relajación, confort y bienestar, así como ayudando a restablecer la armonía entre el cuerpo y la mente”, asegura el director de Santum.
Además de su efecto calmante, los aceites esenciales tienen también muchas otras propiedades: analgésica, antiinflamatoria o incluso estimulante, actuando sobre la digestión y disminuyendo la hinchazón del vientre
Un aroma para cada necesidad
Cliente y terapeuta eligen, por tanto, de manera conjunta el aceite o la combinación de ellos en función de la necesidades y resultados que buscan. “Es muy importante acertar con la mezcla, para evitar enviar mensajes contradictorios al cuerpo”, advierte Daniel Marín.
Los más habituales que se utilizan para los masajes de relajación son lavanda, bergamota, naranja, limón, geranio, romero, eucalipto, manzanilla o hierbaluisa. Además del popular efecto calmante, los aceites esenciales tienen también muchas otras propiedades como la analgésica (el incienso), antiinflamatoria (naranja y limón), tonificante (romero); o incluso estimulante, actuando sobre la digestión y disminuyendo la hinchazón del vientre (albahaca y menta).
Algunos de estos aceites son multifunción y también adquieren nuevas propiedades cuando se combinan con otros. Por ejemplo, la manzanilla, la lavanda y el geranio, además de inducir al estado de relajación de manera conjunta, también calman pieles irritadas y sensibles. Villarroel pone otro ejemplo: “Nuestro aceite para masajes antiinflamatorios y antirreumáticos es el resultado de la mezcla de aceites esenciales de geranio, jengibre, lavanda, clavo y nuez moscada”. En The Tox lo utilizan para masajes descontracturantes, porque alivia los dolores musculares y articulares.
Piel más sana y bonita
Pero la utilidad de la aromaterapia tampoco se centra únicamente en el plano sensorial y terapéutico, sino que compete, asimismo, al cosmético. Los aceites esenciales también son beneficiosos para la salud y la belleza de la piel. “Ayudan a hidratar y a devolver la luminosidad. Favorecen la renovación celular, ayudando a combatir los signos de envejecimiento de la piel. También son grandes aliados para reafirmar, así como para combatir la falta de elasticidad”, indica Marín.
“Se absorben a través de la piel, trabajando también a nivel físico. El de almendra, por ejemplo, es muy nutritivo, el de avellana es reafirmante, el de germen de trigo es oxigenante, el de hipérico es antiinflamatorio y antibiótico y el de rosa mosqueta es regenerante y cicatrizante”, continúa.
Entre las fórmulas específicas de The Tox se encuentra una fórmula anticelulítica, tonificante, diurética y con efecto tensor creada con aceites esenciales de enebro, incienso, pomelo, geranio y lavanda; u otra combinación de aceites esenciales de enebro, geranio, limón, salvia y romero que combate la acción de los radicales libres, recuperando la elasticidad y la tonicidad de la piel.
Hay que tener siempre en cuenta que cada tipo de piel requiere un determinado aceite esencial o una combinación específica en función de sus necesidades
Elegir un aceite vegetal u otro y la combinación con un determinado aceite esencial siempre dependerá de la necesidad del momento. “En nuestros centros siempre preguntamos al cliente: ‘¿cómo siente hoy la piel?’. Esto nos abre la puerta a las necesidades reales de cada persona, porque no es lo mismo una piel cansada o con impurezas, o un estado bajo de tono o estresado”, advierte el director de Experiencias de Hammam Al Ándalus. “Cada tipo de piel se beneficia especialmente de determinados extractos aromáticos. La menta, por ejemplo, favorece la pureza de la piel además de aportar vitalidad y frescor para las que se muestran apagadas”, agrega.
Por lo tanto, los efectos de los aceites esenciales son múltiples, pero hay que tener siempre en cuenta que cada tipo de piel requiere un determinado aceite esencial o una combinación específica en función de sus necesidades, apunta Sophia Villarroel.
“Para pieles acneicas, con eczemas e incluso en casos de psoriasis, aplicamos aceite esencial de árbol del té junto con aceite de romero y albahaca, muy eficaces gracias a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias. Para pieles envejecidas prematuramente usamos un aceite rico en antioxidantes, como pueden ser el aceite esencial de mirra, de rosa mosqueta o de argán. En casos de pieles con marcas, quemaduras o cicatrices, el aceite esencial de geranio es un potente regenerador con propiedades antiinflamatorias y antisépticas”.
Dos ideas en casa
① Para conseguir un ambiente relajante en casa, una combinación muy eficaz es diluir en un difusor de aromas o humidificador unas gotitas de aceite esencial de bergamota, naranja dulce y geranio.
② En la ducha, se pueden verter unas gotas del aceite esencial que más apetezca o se necesite en la esquina para disfrutar de los beneficios inhalando el vapor. Si es en la bañera, bastan seis gotas en el agua, mezcladas con el gel.
Aplicar con conocimiento
En cabina, los aceites esenciales de las plantas se utilizan de manera terapéutica a través de la inhalación, mediante un difusor que impregna el espacio del aroma seleccionado, o mediante la vaporización, diluyendo unas gotas del aceite esencial en agua caliente. Además del bienestar emocional y la preparación del ambiente, esto también puede ser útil para el tratamiento de posibles afecciones en las vías respiratorias, indica Marín.
Obviamente, como decíamos anteriormente, los aceites esenciales también tienen un uso tópico. En ocasiones, basta con unas gotas en sienes, muñecas o palmas de las manos. En todo caso, para uso tópico siempre se diluyen unas gotas del aceite puro en otro aceite, como puede ser el de almendras dulces, o en una loción o crema, puntualiza Villarroel. “Al absorberse tan rápidamente e ir directamente al torrente sanguíneo, la aplicación directa de aceite esencial puro podría ser peligrosa, por lo que siempre hay que diluirlo”.
Los aceites se absorben rápidamente por la piel y llegan al torrente sanguíneo, por lo que la aplicación directa de aceite esencial puro podría ser peligrosa: siempre hay que diluirlos
Precisamente por eso, el profesional de la estética que utiliza aromaterapia necesita una formación específica sobre los usos y tipos de aceites esenciales, sus propiedades y su aplicación, sostiene el director de Santum. Se sabe que en el sector de la estética es muy importante la formación continua y en el caso de la aromaterapia no es ninguna excepción.
“Si bien es verdad que no se suele exigir como tal una formación específica o reglada, es muy importante formarse para conocer las propiedades de cada planta y los beneficios de cada aceite esencial para poder aplicarlos adecuadamente”, concluye la CEO de The Tox.
Un origen por accidente
Aunque el uso de aceites esenciales para la salud y la belleza es ancestral, el origen de la aromaterapia moderna se sitúa en el siglo pasado… y por accidente. Ingeniero químico de formación, René Maurice Gatefossé era un perfumista francés que, el 25 de julio de 1910, mientras trabajaba en su laboratorio, fue salpicado con esencia hirviendo de un matraz que explotó y estalló en llamas. Su cabeza y ambas manos resultaron con importantes quemaduras, que en esa época se trataban habitualmente con apósitos de tul graso ricos en aceite. Sin embargo, en esa ocasión no funcionó y las heridas empezaron a gangrenarse.
Entonces, Gatefossé recordó que los cultivadores de lavanda le habían contado que las quemaduras se curaban con aceite esencial de lavanda… Se quitó las vendas y cubrió su piel con aceite de lavanda. Los resultados fueron asombrosos. Dos días después, la fiebre disminuyó y la infección desapareció, mientras que las heridas sanaron relativamente rápido sin dejar rastro. Después del accidente, Maurice Gatefossé continuó investigando al respecto y acuñó el término aromaterapia.
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