15 tips de uso sobre presoterapia

Presoterapia

Como ya iniciamos con este artículo sobre radiofrecuencia, seguimos con nuestro propósito de sacarle el máximo partido a las aparatologías o tecnologías más frecuentemente utilizadas en estética y medicina estética a través de las “perlas” o consejos profesionales de técnicas y profesionales especializadas. En esta ocasión, profundizamos en el uso de la presoterapia con ayuda de dos formadoras.

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Un buen diagnóstico

Antes de iniciar un tratamiento de presoterapia (como cualquier otro), es necesariohacer un cuestionario de salud genérico del paciente, preguntar si padece hipertensión arterial, problemas de colesterol, triglicéridos, diabetes, etc. Todas estas cuestiones pueden determinar una contraindicación por riesgo de empeorar el problema de salud o generar uno nuevo”, indica Teresa Cid, la directora de formación de Cincos. Y esto, por norma, no se suele hacer, sostiene Cid.

Si consultamos la información que facilita cualquier fabricante, la lista ronda las 30 contraindicaciones. “En caso de no estar seguros de si sufre alguna contraindicación”, indica por su parte Elena Espinosa, formadora técnica de Ana Salmerón, “el cliente debe consultar un médico que esclarezca su condición médica y, por supuesto, firmar el consentimiento informado antes de empezar el tratamiento”.

Otro de los motivos por lo que es fundamental hacer un buen diagnóstico previo es para poder indicar el tratamiento más adecuado en cada caso. Por ejemplo, “es importante saber diferenciar qué tipo de celulitis tiene el cliente, ya que se ha de trabajar de manera diferente cada caso”, comenta Teresa Cid. ¿Qué ha originado esta patología? ¿Es debido a una ralentización de la circulación sanguínea o por una patología linfática? “Por ejemplo, si es una patología linfática y la tratamos como retorno venoso, vamos a eliminar menos… Eliminamos, sí, pero menos, por lo que necesitaremos más sesiones”, continúa.

La previa

Elena Espinosa recomienda siempre “rellenar una ficha de tratamiento” donde registraremos el protocolo indicado para el cliente y sus particularidades: la sesión, el programa, la presión utilizada y cualquier observación que nos surja a lo largo del tratamiento, además de las necesidades específicas del cliente. Concretamente, “cuando vayamos a realizar un tratamiento de remodelación corporal, recomiendo anotar las medidas antropométricas y realizar fotografías con el fin de poder evaluar el seguimiento y los resultados obtenidos”, añade.

Antes de cada ciclo, sea cual sea el programa establecido, “es recomendable realizar un tratamiento exfoliante y depurativo con acción diaforética, drenante y venotónica, de esta manera podremos garantizar una mejor respuesta al tratamiento”, sostiene la formadora de Ana Salmerón. Como ejemplo de activos que pueden ser útiles en estos casos menciona la cafeína, la hiedra, el castaño de indias, el saúco, el fucus, el rusco o el ginkgo biloba.

Manos a la obra

La presoterapia es, para muchas profesionales (incluidas las dos consultadas) un básico casi imprescindible en los centros estéticos y médico-estéticos. Principalmente, por su versatilidad. Se puede aplicar por sí mismo o combinarlo con otras tecnologías y tratamientos corporales para potenciar sus resultados (reductores, reafirmantes, drenantes…). Incluso podemos aprovechar una sesión para realizar un facial al mismo tiempo. Aunque podemos llevar a cabo prácticamente todos, para Elena Espinosa la combinación perfecta de la presoterapia es con manuales o tratamientos que resulten muy agradables y sensoriales para el cliente.

Como decíamos antes, es importante no ir en modo automático con cada cliente, sino personalizar el tratamiento y sacar el máximo rendimiento a la máquina.Normalmente, los equipos ofrecen programas preestablecidos, por lo que los valores vienen predeterminados, pero, como profesionales, debemos conocerlos para saber si hemos seleccionado el programa correcto y poder modificarlo de acuerdo a las necesidades particulares del cliente”, sostiene Espinosa.

Cada modo de masaje que incluye un equipo está dirigido a un “sistema” concreto. Por ejemplo, explica Teresa Cid, “el sistema circulatorio necesita un modo de masaje en forma de ola, o peristáltico, mientras que el linfático necesita un modo de masaje en el que todo el pantalón esté hinchado a la vez en un momento determinado”.

Incluso, como ya mencionaba anteriormente Cid, para tratar una misma patología hay varias opciones de personalización. “Un error común es escoger, por ejemplo, un anticelulítico, y hacerle a todo el mundo el mismo cambiando únicamente la presión. No se tiene en cuenta que si hay mayor cantidad de retención de líquidos se ha de poner más tiempo del modo de masaje destinado a ello; si la celulitis es compacta, sin casi o poca retención, se ha de priorizar el masaje en forma de ola posteriormente a un ligero masaje linfático, etc.”, ejemplifica.

Además, según la formadora de Cincos, “también es bueno empezar abriendo vías linfáticas con un modo de masaje que comience en proximal y baje a distal, pero siempre masajeando hacia arriba, o sea, de distal a proximal” (idéntico al drenaje linfático manual, en el que empezamos por el abdomen y vamos bajando hasta el pie, de celda en celda, solo que, en este caso, el masaje siempre lo hacemos en dirección ascendente). Elena Espinosa también concuerda en este tip, especialmente cuando vamos a realizar tratamientos de celulitis o edemas linfáticos.

“Para este primer ciclo, ya que trabaja sobre sistema linfático, las presiones utilizadas deben estar entre 20 y 40 mmHg. En ningún caso debemos aumentarla más. De hecho, sería suficiente con 20 mmHg, que es el valor medio de la presión linfática”, sostiene.

La palabra clave: presión

Otro error habitual con este tratamiento es trabajar a presiones demasiado altas. A menudo, a demanda del consumidor. “Tenemos que hacer entender al cliente que no por más presión vamos a conseguir más resultados, ¡al contrario!”, alerta Espinosa. Para favorecer el sistema circulatorio y linfático, reitera, la presión deberá aumentarse alrededor de 40 mmHg, pero “nunca se debe superar un 30 % menos que el valor de la presión sistólica del cliente”.

Un ejemplo: si tenemos una presión sistólica de 140 mmHg, el valor máximo sería de 98 mmHg. “Insisto, en el caso de usar presiones excesivas podremos causar un colapso”. De nuevo, las dos formadoras insisten en realizar un buen diagnóstico previo.

Es importante no ir en modo automático con cada cliente, sino personalizar el tratamiento y sacar el máximo rendimiento a la máquina. Para tratar una misma patología hay varias opciones de personalización. “Un error común es escoger, por ejemplo, un anticelulítico, y hacerle a todo el mundo el mismo cambiando únicamente la presión”, ejemplifica Cid

Las presiones, indica Teresa Cid, de Cincos, siempre han de ser o continuas (es decir, que todas las celdas tengan la misma para activar un retorno venoso de forma constante) o en decreciente. “Jamás se puede hacer mayor presión en la zona superior que en la inferior, ya que se generaría un reflujo, es decir, que la sangre y linfa vayan hacia detrás”.

Por otra parte, continúa, no debemos regular la presión tanto por la zona como por las características fisiológicas de la persona: “si tienen fragilidad capilar no se puede poner una presión muy alta, aunque la necesite. Si tienen hipertensión, dentro de los parámetros que podamos aplicar, se han de ajustar las presiones a la baja, para evitar que el excedente de líquido que llega al corazón sea eliminado de forma brusca, subiendo de esta manera la presión arterial”, por poner algunos ejemplos.

Una queja que podemos recibir de las clientas con mucho volumen es que noten mayor cantidad de presión en la zona abdominal. En este caso, “se puede ajustar la presión en decreciente o gradiente para que sea más cómodo”, menciona Cid.

Para acabar

①① Una vez terminado cada ciclo es recomendable que la clienta beba mucho líquido, a ser posible agua o tés drenantes y, sobre todo, que no contengan azúcares o alcohol, “para que sea más fácil el drenaje de toxinas y el recambio de linfa densa por una más hidratada”, recomienda Teresa Cid. Debemos insistir en que esta hidratación no debe limitarse a antes o después de cada sesión, sino que debe aumentarse la ingesta en general, durante todo el tratamiento y, en particular, durante el día que toque ciclo.

①② Otro aspecto sobre el que debemos concienciar a los clientes es que la presoterapia no es el fin del camino. “El retorno venoso y linfático no es algo que se recupere con un tratamiento de x sesiones, sino que se debe continuar trabajando. Nosotros actuamos sobre el resultado de una mala circulación, no sobre su origen, y hay causas, como las hormonas, la hipertensión o hipotensión, problemas en ganglios, etcétera, que pueden hacernos volver al inicio si no realizamos un seguimiento correcto”. Es decir, se debe ser constante también con el mantenimiento.